Valentine’s Day (I) (2010)

Quiero dejar constancia de que no estoy hastiado ni soy un cínico no rom-commer. Reconozco que hay algunas comedias románticas ñoñas que adoro descaradamente a pesar mío. «San Valentín» no es una de ellas. He aquí por qué…
Supone que el público general que va al cine no tiene ni imaginación ni refinamiento. Las historias superpuestas carecen del encanto de, por ejemplo, «Love, Actually» y del ingenio de, por ejemplo, «Serendipity». Sí, Garry Marshall ha reunido un variado elenco de simpáticos personajes, pero ¡a quién le importa! Bueno… …aparentemente a mucha gente en la proyección de esta noche sí le importaba porque había muchas risas. Y suspiros. Y en un momento dado, incluso un gemido común de un coro de mujeres con el corazón roto. Esta película está claramente dirigida a los amantes de los perros.
Ashton Kucher lo hizo mejor de lo que esperaba. Se mantuvo con una fanfarronería tonta que era casi creíble. Julia Roberts también me sorprendió haciendo casi nada y haciéndolo bien. Sus escenas con Bradley Cooper fueron realmente dulces. El debut de Taylor Swift demostró ser prometedor, ya que aportó una inocencia adolescente extravagante a sus escenas. Disfruté de George López tanto como me molestó el niño que interpretó a Edison. Sí, «Día de San Valentín» fue consciente y abiertamente multicultural, no porque su público esté destinado a algo más que a los clientes estándar de las películas de chicas, sino porque, supongo, es lo que está de moda. Ya es suficiente.
Las cualidades de la producción eran confecciones empalagosas de Los Ángeles que me hacían pensar que la Ciudad de los Ángeles no era más que pequeñas y limpias autopistas que entraban y salían de pintorescos barrios, bungalows frente a la playa, opulentas mansiones de Hollywood y ordenados apartamentos. Quien pensó que sería divertido incluir a los conductores de limusinas de los aeropuertos con pancartas que buscaban «Unger» y «Madison» tenía razón.
Espero que aquellas personas que se preocupan por mí debido a mi desprecio por películas como «Titanic» y «El diario de Noa», sigan rezando por mí, pero no puedo recomendar «El día de San Valentín» a nadie que aprecie genuinamente una buena historia de amor, o que también disfrute de una comedia inteligente.