uncus [Neurocirugía Operativa]
On noviembre 5, 2021 by adminUncus
El uncus es una extremidad anterior del giro parahipocampal. Está separado del vértice del lóbulo temporal por una ligera fisura llamada incisura temporalis.
Aunque superficialmente es continuo con la circunvolución del hipocampo, el uncus forma morfológicamente una parte del rinencéfalo.
El término uncus fue acuñado por Félix Vicq d’Azyr (1748-1794).
El uncus tiene un segmento anterior, un ápice y un segmento posterior que tiene una superficie inferior y otra posteromedial; el uncus se relaciona medialmente con elementos cisternales y lateralmente con elementos intraventriculares. El segmento anterior se relaciona con la fisura silviana proximal, la arteria carótida interna, el segmento M1 proximal de la arteria cerebral media, la arteria coroidea anterior cisternal proximal y la amígdala. El vértice se relaciona con el nervio oculomotor, el receso uncal y la amígdala; la superficie posteromedial se relaciona con el segmento P2A de la arteria cerebral posterior inferiormente, con la arteria coroidea anterior cisternal distal superiormente y con la cabeza del hipocampo y la amígdala intraventricularmente.
Significado clínico
La parte de la corteza olfativa que se encuentra en el lóbulo temporal abarca la zona del uncus, lo que da lugar a los dos aspectos clínicos significativos del uncus: los arrebatos uncinados y las hernias del uncal.
Los ataques, a menudo precedidos por alucinaciones de olores desagradables, suelen originarse en el uncus.
En situaciones de tumor, hemorragia o edema, el aumento de la presión dentro de la cavidad craneal, sobre todo si la masa está en la fosa media, puede empujar el uncus sobre la escotadura tentorial contra el tronco cerebral y sus correspondientes nervios craneales. Si el uncus se hernia, la estructura que se encuentra justo medial a él, el nervio craneal III, puede quedar comprimida. Esto provoca problemas asociados a un CN III no funcional o problemático: la pupila del lado ipsilateral no se contrae a la luz y la ausencia de movimiento medial/superior de la órbita, lo que da lugar a una pupila fija y dilatada y a un ojo con una posición característica «hacia abajo y hacia fuera» debido a la dominancia de los nervios abductores y trocleares. Una mayor presión sobre el mesencéfalo provoca un letargo progresivo, coma y muerte debido a la compresión del sistema activador reticular mesencefálico. El daño del tronco cerebral suele ser ipsilateral a la hernia, aunque el pedúnculo cerebral contralateral puede ser empujado contra la muesca tentorial, lo que da lugar a una hendidura característica conocida como muesca de Kernohan y a una hemiparesia ipsilateral, ya que las fibras que discurren por el pedúnculo cerebral se decusan (cruzan) en la médula inferior para controlar grupos musculares del lado opuesto del cuerpo.
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