Tipos de Intervenciones en Counseling
On noviembre 9, 2021 by adminEl Counseling es una herramienta maravillosa y valiosa en el tratamiento de todo tipo de trastornos de salud mental y adicciones a sustancias. Una de las mejores cosas sobre el uso del counseling como modalidad terapéutica es que hay muchos métodos y variaciones diferentes que se pueden emplear para ayudar a los pacientes, y se pueden adaptar a las necesidades de cada paciente y a sus objetivos de tratamiento. Este tipo de herramientas se denominan intervenciones de asesoramiento. A continuación se presentan algunos ejemplos de intervenciones de asesoramiento y enfoques comunes que pueden cosechar beneficios y producir cambios duraderos y profundos en los pacientes.
Intervenciones conductuales
Según el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos, «las intervenciones de asesoramiento conductual en la atención clínica son aquellas actividades realizadas por los médicos de atención primaria y el personal sanitario relacionado para ayudar a los pacientes a adoptar, cambiar o mantener conductas que se ha demostrado que afectan a los resultados de salud y al estado de salud.»
Estas intervenciones ayudan a los pacientes a modificar conductas perjudiciales y poco saludables ofreciendo una atención integral -las intervenciones pueden ser realizadas por muchos tipos de profesionales, de muchas maneras, y se complementan con recursos y una interrelación constante con los pacientes para ayudarles a encontrar el éxito en la adhesión a las conductas recién modificadas. Esto puede tomar muchas formas, como un médico que aconseja a un paciente sobre cómo modificar los hábitos de dieta y ejercicio para disminuir el riesgo de diabetes tipo 2, o un consejero escolar que ayuda a un niño a aprender estrategias positivas para eliminar el comportamiento disruptivo o problemático en el aula.
El objetivo de estas intervenciones es reforzar los comportamientos positivos y, al mismo tiempo, reducir la frecuencia e intensidad de los comportamientos que no son beneficiosos. Es mejor que los pacientes se fijen sólo en un par de conductas a la vez, para que les resulte más fácil actuar y no se sientan abrumados por intentar cambiar demasiados hábitos a la vez. Las estrategias de intervención conductual pueden incluir la visualización positiva, en la que el paciente imagina una situación y el comportamiento deseado, o el aprendizaje de habilidades de comunicación para mejorar ciertos comportamientos. Las intervenciones conductuales pueden ser apropiadas para pacientes de todas las edades con una amplia variedad de cuestiones problemáticas; también se utilizan a menudo en las escuelas y otros entornos para ayudar a los niños a concentrarse y a rendir mejor en clase y a llevarse bien con los demás en el patio de recreo, así como para abordar ciertos trastornos.
Intervenciones afectivas
A diferencia de las intervenciones conductuales que se dirigen a las acciones de un paciente, este tipo de intervenciones se centran en los sentimientos de un paciente. Con intervenciones eficaces, los pacientes que lidian con sentimientos demasiado fuertes pueden identificar y expresar esas emociones adecuadamente, y aprender a manejarlas.
En un ejercicio, los terapeutas pueden dar a los pacientes una lista de diversas emociones (miedo, ira, felicidad, etc.) y pedirles que hagan un inventario de los sentimientos predominantes experimentados durante un período de tiempo determinado. Los pacientes también pueden ayudar a analizar e identificar las emociones haciendo una tabla o un gráfico de ellas para ver cuáles son las más predominantes. Este tipo de intervenciones puede ayudar a los pacientes a ver cómo las diferentes emociones pueden estar interrelacionadas; permite a los pacientes responsabilizarse de sus emociones y comunicarlas adecuadamente. Los pacientes también pueden comprender mejor cómo ciertas situaciones o relaciones desencadenan determinadas emociones, y aprender a utilizar técnicas de afrontamiento para sortear mejor esas situaciones. Como se anima a los pacientes a practicar la autoaceptación, los terapeutas modelan la aceptación de los pacientes y sus emociones, sin juzgarlos. A medida que los pacientes consiguen una mejor comprensión de sus emociones y cómo manejarlas, ganan claridad en su propio sentido de sí mismos y pueden avanzar en la vida.
Intervenciones cognitivas
Este tipo de intervención psicológica se dirige a aquellas personas que están demasiado atrapadas en sus propios pensamientos, concretamente en los negativos o erróneos. Los patrones de pensamiento problemáticos pueden dictar las acciones de una persona y su forma de vivir la vida, y por lo tanto le quitan su propia agencia. En estos casos, es imprescindible sustituir esos pensamientos negativos por otros positivos que puedan transformar las creencias del paciente, su imagen de sí mismo y su visión de la vida. En esencia, estos pensamientos gobiernan todos los aspectos de la vida del paciente: pensamientos, sentimientos y acciones.
Tal vez la forma más común de intervención cognitiva se encuentra en la terapia cognitivo-conductual, también llamada TCC. En este modelo terapéutico, el consejero trabaja con los pacientes para deconstruir los patrones de pensamiento perjudiciales y romper las conexiones negativas que se han formado en sus mentes con respecto a determinadas situaciones y cuestiones. Esto puede implicar que el paciente eche un vistazo en profundidad a ciertas emociones, comportamientos y pensamientos y llegue a la causa raíz de los mismos, además de identificar cómo crean una especie de efecto dominó y gobiernan la forma en que una persona vive su vida.
La terapia cognitivo-conductual es un tipo de modalidad terapéutica muy popular y muy común y hay varias actividades relacionadas que los pacientes y los consejeros pueden realizar. Por ejemplo, los pacientes pueden llevar un diario en el que registren sus pensamientos para identificar los posibles desencadenantes y las situaciones en las que estos pensamientos tienden a producirse. Los pacientes también pueden trabajar con los terapeutas para identificar diferentes tipos de patrones de pensamiento negativo. Por ejemplo, los pacientes catastrofistas tienden a anticipar lo peor que les ocurrirá en una situación determinada, lo que les deja paralizados por la inacción y el miedo. Otros pacientes pueden etiquetar negativamente su comportamiento, pintándose a sí mismos con una brocha demasiado ancha. Si no consiguen un trabajo, no lo ven como un incidente aislado, sino como un referéndum sobre su fracaso general como persona. Y los pacientes de todo o nada ven todo en blanco y negro, y todo lo que no sea la perfección es un desastre absoluto.
Con la ayuda de un consejero, los pacientes pueden aprender a aceptar las circunstancias para reducir la ansiedad, evaluar las preocupaciones y los miedos específicos para identificar si están de hecho justificados y comprender que su ansiedad puede no estar arraigada en los hechos. Si la ansiedad es tan intensa que afecta a la vida diaria del paciente, las intervenciones pueden consistir en dedicar tiempo a las cosas que el paciente disfruta pero que puede estar evitando debido a la fuerte ansiedad o depresión, así como en introducir una exposición limitada a las situaciones que hacen que el paciente esté ansioso. Con lo primero, el objetivo es participar en actividades gratificantes que fomenten una mentalidad y una perspectiva más positivas, mientras que lo segundo puede ayudar a reducir el miedo ayudando a los pacientes a entender que la situación no es tan mala como temían. Algunos pacientes también pueden beneficiarse de la práctica de despejar el cerebro de pensamientos (tanto buenos como malos) mediante prácticas de atención plena como la meditación. En lugar de preocuparse por el futuro o sentirse ansioso por el pasado, los pacientes que practican la atención plena pueden mantenerse concentrados en el presente y centrarse. Un terapeuta puede utilizar múltiples intervenciones cognitivas para ayudar a los pacientes a lograr los resultados deseados.
Cómo encontrar las intervenciones de asesoramiento adecuadas
Cada persona es diferente cuando se trata de un tratamiento, y no hay dos planes que se parezcan. Hay varios factores en juego cuando se determina el tipo de modalidad terapéutica que se debe utilizar con un paciente, incluyendo el tipo de trastorno de salud mental con el que está luchando, los propios objetivos de tratamiento del paciente y si también está luchando con un abuso de sustancias o un trastorno de la alimentación co-ocurrente, entre otras cosas.
En Casa Palmera, nuestro objetivo es la curación de la persona en su totalidad; vamos por debajo de la superficie de un problema que se presenta para determinar lo que está en la raíz del mismo, y abordar esa causa para que no se manifieste de otras maneras. No buscamos un arreglo temporal, sino una solución de por vida a los problemas que le impiden vivir su mejor y más saludable vida. Para ello, desarrollamos un plan de tratamiento individualizado para usted que integra las intervenciones de asesoramiento más beneficiosas para sus necesidades específicas, así como herramientas que mejorarán su vida a nivel holístico, abarcando áreas que van desde la nutrición y el estado físico hasta las relaciones y la espiritualidad. Aprende más sobre nuestras filosofías de tratamiento y ve cómo los programas de Casa Palmera pueden ayudarte a transformar tu mente, y tu vida.
Acerca del autor
Jeff Johnson
Se desempeña como Supervisor del Servicio Dietético y Director de Actividades Certificado, Jeff Johnson tiene una variedad de tareas de supervisión para Casa Palmera. Está a cargo de las operaciones diarias, que incluyen la supervisión dietética para asegurar la garantía de calidad y el cumplimiento de las regulaciones estatales y de la Comisión Conjunta, además de servir como enlace clínico. Más información…
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