Terapia cognitiva conductual Los Ángeles
On octubre 26, 2021 by adminLa habilidad conocida como reevaluación cognitiva, es una forma poderosa de empujar hábilmente sus emociones hacia la línea de base (Barlow et al., 2011). La reevaluación cognitiva implica reconocer el patrón negativo en el que han caído tus pensamientos, y cambiar ese patrón por uno que sea más efectivo. Cambiar el curso de tus pensamientos, o la forma en que le das sentido a las cosas, puede a su vez cambiar el curso de tus emociones, bajando el dial un par de muescas. Al sentirse más equilibrado, resulta más fácil abordar lo que ha desencadenado las emociones negativas, y hacerlo con habilidad. Por ejemplo, imagina que te equivocas de camino a una fiesta y acabas perdiéndote, lo que te hace llegar considerablemente tarde. Tu primera respuesta puede ser la de frustrarte y valorar la situación pensando: «¡Las obras de la carretera son terribles! El ayuntamiento tiene que ponerse las pilas y encontrar otra forma de desviar el tráfico». Esta valoración puede hacer que te enfades. Si eres más propenso a enfadarte, tu rabia puede salirte al paso, provocando que eches humo y arruines tu tiempo en la fiesta una vez que llegues.
En lugar de reproducir este ciclo desagradable y aparentemente automático, tómate un momento para considerar otra perspectiva (reevaluación) que podrías tener en esta situación. El mero hecho de considerar otras interpretaciones puede ayudarte a aflojar tu perspectiva más airada. Además, otras formas de ver esta situación pueden hacer que experimentes otros sentimientos. Considera las siguientes reapreciaciones:
– Siempre me pierdo. ¿Por qué parece que no puedo hacer nada bien?
– ¡Oh no! Si llego tarde a la fiesta, todos se enfadarán conmigo y nadie me hablará.
– Tengo la tarta de cumpleaños en el maletero. Ahora todos los asistentes a la fiesta tendrán que esperarme para poder empezar, y eso es miserable.
Estas diferentes formas de pensar en la situación obviamente provocarán diferentes respuestas emocionales, aunque no son realmente una mejora de la primera respuesta. Lo interesante es que todas ellas contienen al menos un núcleo de verdad. Ninguna de ellas es abiertamente irracional. Algunas pueden ser un poco extremas, pero no irracionales. Esto es significativo porque ilustra que normalmente no hay una sola manera de dar sentido a una situación. Todas son válidas. Esto significa que es posible adoptar una perspectiva alternativa que sea más eficaz para ayudarnos a sentirnos más equilibrados.
Ahora considere las siguientes revalorizaciones:
– Gracias a Dios, me ahorraré 30 minutos de hablar con Elizabeth. Me he librado de una bala!
– Vuelvo a llegar tarde. Podría disfrutar del paisaje mientras conduzco.
– A la gente probablemente no le importará mucho que llegue tarde.
– Normalmente soy puntual. ¡Qué casualidad!
– La vida pasó.
Deja una respuesta