Reparación dural u otra reparación de la médula espinal
On diciembre 8, 2021 by adminLa médula espinal está cubierta por tres capas de tejido llamadas meninges, siendo la más externa la duramadre. Aunque es una complicación poco frecuente, la duramadre puede lesionarse o desgarrarse durante la cirugía de la columna vertebral, lo que provoca una fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR), que normalmente rodea el cerebro y la médula espinal. Esto puede provocar fuertes dolores de cabeza y náuseas. Las lesiones de la médula espinal pueden producirse como resultado de un traumatismo, o por artritis, hemorragia, cáncer, infección e inflamación. Los efectos de una lesión de la médula espinal pueden variar desde déficits transitorios hasta complicaciones más graves, como parálisis o disfunción de la vejiga y el intestino.
Durante la cirugía de la columna vertebral, pueden producirse lesiones debido a los instrumentos utilizados para descomprimir los nervios, los implantes o injertos mal colocados, la manipulación y la isquemia (compromiso del suministro de sangre). El riesgo de sufrir una lesión medular o un desgarro dural durante la cirugía de la columna vertebral aumenta con la edad, ya que el cirujano tiene que cortar a través de ligamentos espinales endurecidos y, en el proceso, dañar la duramadre. También puede ocurrir en quienes tienen una cirugía previa de la columna vertebral o una compresión de la médula espinal preexistente. La cirugía de la parte posterior de la columna tiene un mayor riesgo de lesión de la médula espinal o desgarros durales, ya que requiere cortar los ligamentos espinales, lo que puede lesionar la duramadre o la médula. Se toman precauciones especiales antes, durante y después de la cirugía para evitar un desgarro dural o una lesión medular.
Los desgarros durales se reparan con técnicas de microcirugía, utilizando un microscopio y una aguja fina. Los pequeños desgarros durales se suturan o grapan para cerrarlos, mientras que los más grandes se reconstruyen con un parche o injerto. Puede utilizarse grasa o cola de fibrina como sellador para reforzar la reparación. El cirujano se asegurará de que la reparación sea hermética y de que el LCR no se filtre. Tras la reparación, se recomienda reposo absoluto. La presión de los fluidos en el lugar de la reparación se minimiza manteniendo una posición sentada o tumbada, dependiendo del lugar de la lesión, durante un período de tiempo.
Las lesiones de la médula espinal debidas a un traumatismo requieren atención médica inmediata para minimizar la extensión del daño. La cabeza, el cuello y la espalda se estabilizan para evitar lesiones adicionales. El tratamiento suele consistir en medicación o cirugía seguida de fisioterapia. La cirugía puede realizarse para eliminar fragmentos de hueso, cuerpos extraños, implantes o injertos que comprimen la médula espinal. También pueden ser necesarios procedimientos de estabilización de la columna vertebral.
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