¿Qué le ocurre a tu cerebro cuando dejas de maquillarte?

Antes de refugiarme en el lugar, no podía mirar mi cara sin maquillaje. Una mirada a las ojeras y a la tez apagada y desigual y enseguida echaba mano de mi bolsa de maquillaje. Incluso en las dos primeras semanas de cuarentena, en las que no veía a nadie más que a mi reflejo, mi marido y mi perro, llevaba base, corrector y colorete. Me sentía desnuda sin nada puesto. Pero, ahora, no llevo ni una gota. Como me he acostumbrado a ver mi cara sin maquillaje, he llegado a aceptar mi rostro natural. De hecho, me veo bien. ¿Es mi cutis más saludable sin el ritmo diario de aplicación de productos o ha cambiado mi percepción de mi rostro al natural? Bueno, según la ciencia, es probable que esto se reduzca a la mente sobre la materia.

¿Qué le ocurre a nuestro cerebro cuando nos maquillamos todos los días?

«Cuando nos maquillamos», dice la psicoterapeuta holística Jennifer Pepper, MA AMFT, «estamos enviando un mensaje a nuestro subconsciente de que somos defectuosos y que esos defectos deben ser cubiertos u ocultados». Esencialmente, explica Pepper, somos más felices con nuestra apariencia cambiada y nos identificamos mucho con ella porque afecta a cómo nos sentimos por dentro. Personalmente, esto es cierto. Cuando solía ver mi cara sin maquillaje, reaccionaba visceralmente, pensando «Esa no soy yo», porque la idea que tiene mi cerebro de mi aspecto está muy ligada a la versión «corregida y mejorada».

Pero también está la rutina del maquillaje, ilustra Meaghan Rice, PsyD, LP y terapeuta de Talkspace: «Para muchos de nosotros, nuestra rutina nos mantiene alineados con nuestros objetivos. Si nuestra rutina incorpora el maquillaje, entonces tiene sentido que saltárselo nos haga sentir un poco desequilibrados. Los pequeños desequilibrios pueden sumarse y hacernos sentir menos seguros de nosotros mismos». En ese sentido, no era sólo la reacción de mi cerebro a mi imagen personal, sino a la ruptura del patrón.

Entonces, ¿qué le ocurre a nuestro cerebro cuando dejamos de maquillarnos?

Bueno, has roto la rutina y, por Rice, el cerebro reconoce cuando nos saltamos pasos. Pero al igual que se forma una rutina llevando maquillaje, se puede formar una rutina no llevando maquillaje. «Cuanto más hacemos algo, mejor nos sentimos, y entonces podemos aprender a desprendernos de la opinión de los demás.» Esto explica por qué mi comportamiento de no maquillarse no se produjo de la noche a la mañana, sino que tardó en desarrollarse como una rutina. (Y ahora, ponérmelo se siente como una tarea.)

Pero también se necesita tiempo para que tu cerebro recalibre tu nueva imagen de sí mismo. Cuando eliges no maquillarte o llevarlo ocasionalmente -por ejemplo, para un videochat- empiezas a entender tu relación con el maquillaje con más claridad. «¿Es para otras personas o para ti misma?» pregunta Pepper. Una vez que seas más consciente del papel que desempeña el maquillaje en tu vida, podrás ayudar a tu cerebro a ajustar la imagen que tienes de ti misma si ha estado atada a la versión contorneada y Kardashian de ti misma. «Háblate a ti misma de forma cariñosa. Esto enviará el mensaje a tu subconsciente de que vales más que simplemente tu apariencia, y sólo eso hará maravillas para tu amor propio y tu vida en general.»

El psicólogo clínico Daniel Sher reconoce que la ley básica de la psicología del comportamiento sigue que cuanto más frecuentemente te expones a algo que te incomoda, más fácil te resulta. Un estudio de 2016 presentado en la Asociación Americana de Psicología pidió a las mujeres que se miraran en el espejo a diario durante dos semanas sin maquillaje. Con el tiempo, se volvieron más seguras de sí mismas y más autocompasivas. Sus niveles generales de malestar y angustia también disminuyeron. Pero Sher cree que hay un factor más importante que la repetición: «En mi opinión, verse sin maquillaje repetidamente nos da la oportunidad de desafiar el mensaje que seguimos recibiendo a nivel cultural: que sólo puedes sentirte bien contigo misma si tienes un aspecto «presentable»»

En este sentido, no sólo estamos redefiniendo nuestra idea de belleza, sino la de nuestra cultura. (Y si necesitas que te refresque la idea de belleza de nuestra cultura, mira el sketch de Amy Schumer «Girl, You Don’t Need Makeup»). No es de extrañar que mi cerebro estuviera programado para preferir mi cara con maquillaje.

Espera, pero ¿un paréntesis de maquillaje salvará mi piel?

Como nuestra propia directora de belleza Jenny Jin ha explorado, el maquillaje no es necesariamente malo para nuestra piel. Pero dar a tu piel un amplio descanso no hace daño. Podría ayudar a tu piel a aclararse dándole a tus poros un poco de espacio para respirar, y también podría ayudarte a identificar lo que tu piel realmente necesita: tal vez sin la base de maquillaje y el corrector puedas ver que no estás tan seca o tan grasa como pensabas. Pero lo más importante es que te ayudará a ver lo bueno de tu rostro, porque si algo nos dice la ciencia es que la belleza está en los ojos del que mira.