¿Qué es una atención sanitaria culturalmente competente?
On diciembre 13, 2021 by adminAunque todos estemos de acuerdo en que la diversidad es algo positivo para nuestra sociedad, no es ningún secreto que también presenta algunos retos únicos, especialmente para los proveedores de servicios sanitarios. Por ello, la atención sanitaria culturalmente competente se ha vuelto tan importante en estos días. Estados Unidos es un crisol de culturas, y personas de todo el mundo buscan ahora una nueva vida en Estados Unidos, tanto temporal como permanentemente. Esto ha planteado una serie de problemas para quienes trabajan en la profesión médica, ya que su trabajo depende de que se relacionen con sus pacientes a nivel personal, y esto es algo que puede resultar difícil cuando hay diferencias culturales.
Tanto en las zonas urbanas como en las rurales, los médicos, las enfermeras y otras personas que trabajan en la asistencia sanitaria se encuentran hoy en día con personas de diferentes orígenes culturales y etnias. La atención sanitaria culturalmente competente, en términos básicos, significa tener comprensión, aceptación, compasión y sensibilidad hacia los pacientes con diferentes comportamientos, creencias y valores.
Una visión general de la atención sanitaria culturalmente competente
Cuando los proveedores de atención sanitaria son culturalmente competentes, son capaces de satisfacer todas las necesidades lingüísticas, sociales y culturales de sus pacientes, independientemente del lugar del mundo del que procedan. La competencia cultural es algo absolutamente vital cuando se trata de prestar una asistencia sanitaria de alta calidad de forma eficaz, y sin ella, inevitablemente habrá malos resultados para los pacientes y una falta de satisfacción de los mismos, así como frustración tanto para los trabajadores sanitarios como para los pacientes.
La competencia cultural suele definirse como la capacidad de una organización o proveedor para prestar servicios sanitarios eficaces que sean capaces de satisfacer las necesidades lingüísticas, culturales y sociales de sus pacientes. Esto incluye:
- Tener principios y valores definidos que funcionen junto con políticas, actitudes y comportamientos que trabajen para lograr interacciones eficaces entre diferentes culturas.
- Tener la capacidad de gestionar las diferencias, valorar la diversidad, difundir y adquirir conocimientos culturales, utilizar autoevaluaciones y adaptarse a la diversidad en contextos culturales dinámicos.
- Integrar e institucionalizar todos los factores anteriores en las prácticas y el procedimiento de elaboración de políticas de la organización.
Los principales componentes de la competencia cultural
Ser culturalmente competente implica cuatro componentes clave:
Conciencia: es vital examinar las creencias y los valores relacionados con la diversidad para reconocer los estereotipos y prejuicios profundamente arraigados que pueden crear barreras al desarrollo personal y al aprendizaje. Muchas personas tienen puntos ciegos en cuanto a valores y creencias, y la diversidad educativa puede ser útil a la hora de descubrir esos puntos ciegos.
Actitud – las creencias y los valores repercuten en la eficacia intercultural, ya que transmiten lo abiertos que estamos a opiniones y puntos de vista diferentes. Cuanto más firmes sean nuestros valores y creencias, más probable será que tengamos una reacción emocional cuando choquemos con una diferencia cultural.
Conocimiento – cuanto más sepamos sobre los que proceden de culturas diferentes, más probable será que podamos evitar cometer errores al tratar con personas de otras culturas. Comprender la forma en que la cultura puede influir en la gestión de las personas, la resolución de problemas y la solicitud de ayuda nos ayuda a conectar con los demás cuando interactuamos con otras culturas.
Habilidades: es posible tener una buena conciencia de uno mismo, una actitud positiva y muchos conocimientos sobre las diferencias culturales y, sin embargo, tener dificultades para gestionar esas diferencias de forma eficaz. Si hemos tenido pocas oportunidades de practicar esas habilidades o no hemos tenido la oportunidad de aprenderlas en primer lugar, nuestra conciencia y conocimientos son insuficientes para gestionar y evitar los problemas interculturales.
Raza, etnia, identidad, herencia, cultura y nacionalidad
Para entender lo que es una atención sanitaria culturalmente competente, es importante conocer las diferencias entre varios términos: nacionalidad, raza, etnia, herencia, identidad y cultura.
- Etnia – a veces se confunde con el término «raza», la palabra «etnia» significa aprendizaje de costumbres y comportamiento. Abarca todas las tradiciones que provienen de una región geográfica específica.
- Raza – la definición de «raza» ha causado mucha controversia y desacuerdo en los últimos años. A veces, se utiliza para describir las características biológicas de un individuo, como el tono y el color de su piel, el color de su pelo y de sus ojos, e incluso su tendencia a desarrollar ciertas enfermedades. Por lo general, se piensa que la raza es algo que no se puede alterar fundamentalmente.
- Nacionalidad – por lo general, el término «nacionalidad» significa el país del que proviene alguien, sin embargo, eso no siempre significa que el individuo se identifique con el lugar donde nació. Por ejemplo, una persona nacida en un país pero que se trasladó a otra parte del mundo cuando era pequeña suele considerar que tiene la nacionalidad del país al que se trasladó, ya que puede hablar el idioma local con fluidez y asociarse más estrechamente con la cultura de ese lugar.
- Patrimonio: normalmente, el término «patrimonio» hace referencia a las creencias y tradiciones de un grupo específico. A menudo, esto se basa en la nacionalidad, sin embargo, de manera similar a la etnicidad, un individuo puede no identificarse necesariamente con la herencia de su familia.
- Identidad – en términos simples, la identidad de una persona es aquello con lo que se identifica específicamente, en términos de su cultura, religión y país.
- Cultura – este es el término clave cuando se trata de hablar de ser culturalmente competente. La definición de «cultura» puede variar en algunos aspectos, sin embargo, en general, se considera que la cultura abarca las creencias de aprendizaje de una persona, sus comportamientos y pensamientos, sus costumbres, tradiciones y valores, su forma de comunicarse, sus puntos de vista sobre las relaciones y las formas en que interactúan con otras personas. Hay muchas cosas que conforman la cultura, como la raza, la nacionalidad, la etnia, el estatus socioeconómico, la herencia, la educación y algunos otros factores. En conjunto, estas influencias pueden describirse como factores socioculturales. Todos ellos influyen en la forma en que el individuo interactúa con otras personas y con el mundo que le rodea. Los profesionales y proveedores de asistencia sanitaria culturalmente competentes deben tener en cuenta estos diferentes aspectos del individuo para ser realmente competentes desde el punto de vista cultural.
¿Por qué es importante una asistencia sanitaria culturalmente competente?
Cuando las organizaciones y los proveedores de asistencia sanitaria son culturalmente competentes, pueden satisfacer todas las necesidades lingüísticas, sociales y culturales de los pacientes. La base de la competencia cultural es el respeto. Cuando los pacientes sienten que su proveedor de atención sanitaria respeta sus costumbres, creencias, valores, tradiciones e idioma, se sienten más capaces de comunicarse honesta y libremente y esto, a su vez, reduce las disparidades en la atención sanitaria y mejora los resultados para el paciente en cuestión.
Desgraciadamente, los datos muestran que las disparidades en la atención sanitaria y la insatisfacción de los pacientes son mucho más comunes entre las minorías raciales. Un informe de la AHRQ ha revelado que los hispanos, los asiáticos y los afroamericanos reciben peor atención y tienen peor acceso cuando se trata de recibir atención en comparación con los blancos no hispanos. En el mismo informe se destacaba que las barreras lingüísticas representaban un factor importante cuando se trataba de disparidades en la atención sanitaria. También se señaló que los grupos minoritarios eran más propensos a sentir que su médico no entendía o no respetaba sus creencias o valores, y eran más propensos a sentir que su médico los miraba por encima del hombro en lugar de verlos como un igual.
Estos resultados han enviado un mensaje muy claro de que la sensibilidad cultural es absolutamente vital en el sistema sanitario y que los trabajadores sanitarios deben emplear prácticas culturalmente sensibles para garantizar que todos los pacientes, independientemente de su nacionalidad, etnia o cultura, reciban la mejor atención posible.
Los beneficios de una atención sanitaria culturalmente competente
La atención sanitaria culturalmente competente ofrece numerosos beneficios para las organizaciones y los profesionales sanitarios. Los beneficios sociales son muchos e incluyen un mayor respeto mutuo entre los pacientes y el personal sanitario, más confianza y un mayor empoderamiento y responsabilidad del paciente sobre sus propias necesidades sanitarias.
Si los pacientes se sienten comprendidos y escuchados por los profesionales sanitarios, se ha demostrado que son más capaces de participar en la atención sanitaria preventiva. Es menos probable que no acudan a sus citas, y esto, a su vez, reduce la posibilidad de que se produzcan errores médicos, con lo que mejoran los resultados de salud para el paciente.
¿Qué barreras existen para una asistencia sanitaria culturalmente competente?
La falta de diversidad del personal sanitario es una de las mayores barreras para una asistencia sanitaria culturalmente competente, y esto contribuye a la disparidad étnica y racial de la asistencia. Las otras barreras incluyen sistemas de atención mal diseñados que no satisfacen las necesidades de cada población de pacientes, y la falta de comunicación entre pacientes y proveedores de diferentes orígenes étnicos, culturales y raciales.
¿Cómo se puede lograr una atención sanitaria culturalmente competente?
Hay varios pasos que se pueden dar para lograr una atención sanitaria culturalmente competente. Entre ellas se encuentran:
- Contratar y promocionar a los trabajadores sanitarios de las minorías étnicas.
- Establecer y reforzar los programas destinados a desarrollar el liderazgo de las minorías en los entornos sanitarios.
- Desarrollar un sistema sólido para la retroalimentación de los pacientes y la comunidad a través del cual las personas puedan expresar sus preocupaciones sobre su tratamiento y atención.
- Recoger más información sobre las preferencias de los pacientes en cuanto a su idioma y garantizar que los pacientes puedan acceder a intérpretes o trabajadores que hablen sus idiomas preferidos.
- Proporcionar a los pacientes formularios y material de educación sanitaria en su lengua materna.
Establecer un programa de servicios de interpretación en los centros sanitarios en los que haya pacientes que tengan dificultades para hablar inglés. - Instituir un programa que detecte e identifique cualquier error médico que se haya producido como resultado de las disparidades de comunicación y las barreras lingüísticas.
- Monitorear las disparidades étnicas y raciales utilizando datos e instituir iniciativas para mejorar donde sea necesario.
- Recoger datos sobre preferencias étnicas, raciales y lingüísticas para que las necesidades de los pacientes puedan ser mejor comprendidas y la atención mejorada.
- Los trabajadores de la salud necesitan estar mejor informados sobre los diversos factores culturales que influyen en los comportamientos y creencias de salud de los individuos. También deben contar con las herramientas y los materiales necesarios para atender a las comunidades de pacientes multiculturales. Esto puede conseguirse con interacciones con los pacientes, juegos de rol, revisión de casos prácticos, formación y vídeos educativos. El personal también debe ser evaluado periódicamente y se debe hacer un seguimiento de sus índices de éxito a partir de las puntuaciones de satisfacción proporcionadas por los pacientes.
Si los profesionales sanitarios de todos los niveles tienen la formación y las herramientas necesarias para desarrollar la competencia cultural, los pacientes estarán más satisfechos y se podrán conseguir mejores resultados.
¿Cuáles son los indicadores de una organización sanitaria culturalmente competente?
Cuando una organización sanitaria se centra en ser culturalmente competente, es posible encontrar formas de cerrar las brechas de competencia y permitir que las personas trabajen juntas de forma productiva. Cuando las organizaciones son culturalmente competentes, permiten a las personas funcionar con eficacia. Las organizaciones culturalmente competentes tienen las siguientes características:
- Una plantilla culturalmente diversa que refleja la comunidad a la que sirve.
- Formación impartida a los trabajadores sobre la lengua y la cultura de las personas a las que atienden.
- Literatura instructiva y señalización en la lengua más utilizada por los pacientes y presentada de forma coherente con las normas culturales a las que están acostumbrados.
- Procedimientos y políticas inclusivos.
- Grupos de afinidad.
- Igualdad en la promoción y la retención.
- Traductores o proveedores que hablen las lenguas de los pacientes.
- Habilidades interculturales.
- La capacidad de recuperarse de las colisiones culturales.
- Procesos de toma de decisiones más inclusivos.
- Más conocimientos sobre las diferencias entre culturas.
- Habilidades en la gestión de la diversidad.
- Valores y creencias inclusivas.
- Conciencia de los estereotipos y sesgos personales.
- Compromiso con la diversidad por parte de la dirección.
Si los proveedores de atención sanitaria reúnen todas estas características, puede decirse que son culturalmente competentes y, por tanto, que ofrecen el mejor nivel posible de atención a los pacientes, independientemente de su etnia, nacionalidad, idioma o procedencia.
Los centros sanitarios culturalmente competentes y su importancia para una mejor atención al paciente
Desgraciadamente, las personas que proceden de otras culturas y que ahora viven en EE.UU. a menudo se encuentran con que no pueden acceder plenamente al sistema sanitario del mismo modo que los que son culturalmente estadounidenses. Esto plantea una serie de problemas no sólo en cuanto a la satisfacción de los pacientes, sino también en cuanto a los resultados que pueden obtener cuando están enfermos y sufren.
No podría ser más importante que los profesionales sanitarios y las organizaciones en las que trabajan se centren en ser más competentes desde el punto de vista cultural para que todos los pacientes a los que atienden puedan disfrutar del mismo nivel de atención al paciente y de los mismos resultados excelentes que podrían esperar si no tuvieran un origen cultural diverso. Afortunadamente, la importancia de la competencia cultural se está reconociendo cada vez más dentro de la profesión sanitaria y cada vez más organizaciones están tomando medidas para abordar esta necesidad dentro de su personal y sus entornos.
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