«¿Puede mi perro ver la televisión?» Respuestas a las preguntas sobre la visión de los animales de compañía – Parte 2
On diciembre 7, 2021 by adminpor Noelle La Croix, DVM, Dip. ACVO
«¿Puede mi perro ver la televisión?» Respuestas a las preguntas sobre la visión de los animales de compañía – Parte 2
En la parte 1 de este artículo, revisamos la visión del color, la sensibilidad a la luz y la agudeza visual en el perro. Este artículo revisará la percepción de la profundidad canina, el campo de visión y la detección del movimiento. También describiré la «fusión de parpadeo» y su relación con los perros que ven la televisión.
Percepción de la profundidad (sensación)
Para interactuar con éxito con un mundo tridimensional, el sistema visual de los mamíferos determina la profundidad a partir de señales visuales dentro de una imagen retiniana bidimensional. En los humanos, esto se describe comúnmente como «percepción de la profundidad». Sin embargo, la «percepción» implica la capacidad cognitiva de relacionar las experiencias propias con otras. Para un perro, la «sensación de profundidad» es una terminología más precisa que describe la capacidad de determinar la ubicación precisa de los objetos visualizados. Todos los animales con capacidad de locomoción compleja necesitan una sensación de profundidad precisa para moverse con eficacia en su entorno. La visión binocular es una importante adaptación evolutiva para la sensación de profundidad.
Para mantener una imagen binocular singular, los ojos de los mamíferos pueden moverse simultáneamente en direcciones opuestas (vergencia). La visión de un objeto cercano promueve la convergencia ocular, mientras que un objeto lejano promueve la divergencia ocular. En última instancia, el objeto visualizado se centra en la franja visual de ambos ojos caninos, y este estado se describe como fijación. Sin embargo, durante la fijación suele haber diferencias en el ángulo de visión de los objetos en el campo visual de cada ojo. Esto da lugar a sutiles diferencias en los campos de visión y en las correspondientes imágenes retinianas de cada ojo. Es principalmente esta disparidad binocular la que el cerebro interpreta como sensación de profundidad. Un mayor solapamiento binocular favorece la sensación de profundidad. El cerebro es capaz de hacer más comparaciones entre cada imagen retiniana, lo que da lugar a una mayor consideración de sus diferencias.
En el perro suele haber entre 30 y 60 grados de solapamiento entre los campos visuales de cada ojo. El solapamiento binocular humano es mucho mayor, de unos 180 grados. Sin embargo, el pequeño solapamiento binocular canino es aparentemente suficiente para su estilo de vida. Muchos perros pueden captar con facilidad objetos que se mueven rápidamente en el aire. En cambio, un perro con visión monocular suele tener miedo de bajar una escalera. La sensación de profundidad es claramente un componente importante de la visión canina.
Campo de visión
Un «campo de visión» describe la parte del mundo vista por un organismo en un momento determinado dentro de un plano visual. Los animales depredadores tienen, por lo general, campos de visión estrechos y se basan en la superposición binocular (sensación de profundidad) para aislar visualmente a las presas. En cambio, los animales de presa suelen tener campos visuales más amplios para escudriñar su mundo en busca de los depredadores que los rodean. Los perros evolucionaron como animales depredadores con un campo de visión máximo correspondiente a unos 240 grados. Como ejemplo de animal de presa, los caballos evolucionaron hasta tener un campo de visión de 357 grados
Detección del movimiento
En un mundo de presas y depredadores, la detección del movimiento evolucionó. La fóvea humana, rica en conos, es muy sensible al movimiento con luz brillante. La retina canina, rica en bastones, es muy sensible al movimiento en condiciones de luz tenue. La retina periférica está especialmente implicada en la detección del movimiento. Hay zonas de la retina que son sensibles a movimientos específicos dentro de cada plano tridimensional. Los perros suelen ser estimulados visualmente por los objetos en movimiento, pero ignoran los objetos inmóviles. En un estudio de 1936, los perros policía podían detectar objetos en movimiento a una distancia de hasta 900 metros, mientras que ignoraban los objetos estacionarios colocados de forma similar. Por lo tanto, un perro sólo puede «ver» a un dueño lejano si éste se está moviendo.
¿Pueden los perros ver la televisión?
La televisión americana tradicional de tubo produce una imagen completa 60 veces por segundo (60 Hz de «frecuencia de actualización»), siendo cada imagen un duplicado de una imagen filmada o «cuadro». La frecuencia de actualización de un televisor de alta definición (HDTV) más moderno es similar, pero con muchas más líneas proyectadas por imagen.
Las imágenes televisadas intermitentes parecen estacionarias para un observador humano, ya que su tasa de proyección supera la tasa de «fusión del parpadeo» humana. Esta tasa corresponde aproximadamente a la velocidad a la que la retina «actualiza» una imagen en el cerebro. La velocidad de fusión del parpadeo puede variar en función de otros muchos factores, como el brillo de la imagen y la fatiga del observador. En última instancia, el paso que limita la velocidad de actualización de la imagen en la retina es la respuesta de los fotorreceptores. Los conos se actualizan más lentamente que los bastones. En la retina canina predominan los bastones, que pueden detectar el parpadeo en las imágenes proyectadas a una frecuencia inferior a 70 u 80 Hz. Por lo tanto, la mayoría de los televisores producen imágenes que los perros perciben como parpadeantes, sin movimiento fluido (realista). Algunos televisores de alta definición más recientes funcionan a más de 120 Hz, por lo que pueden proyectar imágenes que parecen fluidas para un perro. Conseguir que un perro se interese por ver la programación comercial es una cuestión totalmente distinta (Figura 1).
Espero que estos artículos hayan ayudado a explicar algunos aspectos de la visión del mejor amigo del ser humano.
Noelle La Croix, DVM, Dip. ACVO
Veterinary Medical Center of Long Island
75 Sunrise Highway
West Islip, New York 11795
(631) 587-0800; fax (631) 587-2006
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