¿Prefiero un pene circuncidado o no circuncidado?

Históricamente mi preferencia ha sido el tipo de pene que posee el hombre con el que estoy saliendo. Eso significa que durante la mayor parte de mi experiencia sexual, he preferido los penes circuncidados. Sin embargo, durante un período de siete años y medio, preferí los penes no circuncidados.

Como habrás adivinado por esa afirmación, la gran mayoría de los hombres con los que he salido estaban circuncidados, con una excepción.

Lo que aprendí al salir con hombres circuncidados es que un pene cortado puede ser más opaco, seco y escamoso que sus homólogos no circuncidados. Un pene sin cortar, escondido dentro de la seguridad de su funda de prepucio, se mantiene más brillante, con un aspecto más saludable y libre de pieles secas y pelusas.

Un pene circuncidado se pasa el tiempo frotándose contra los calzoncillos de un hombre, perdiendo toda la humedad por el algodón o la seda que lo rodea durante todo el día. Un pene no circuncidado tiene una capa extra de protección. El pene al natural me parece más agradable a la vista, pero no todo son buenas noticias.

En mi experiencia, un pene limpio y lavado con prepucio huele diferente a un pene igualmente limpio y lavado sin él. En la prueba de olfato, elegiría siempre el pene circuncidado.

Lo mismo ocurre con el sabor. Un pene simplemente sabe mejor que el otro. Incluso un lavado minucioso hacía poco para enmascarar el espeso sabor a juego del esmegma que siempre rodeaba el glande de mi ex novio.

Mi ex novio no tenía problemas de limpieza o higiene. Le vi lavarse a conciencia con jabón y agua corriente en más de una ocasión. Fue en esas mismas ocasiones cuando aprendí lo que no me gustaba el sabor de un pene no circuncidado.