Obtener claridad sobre los valores

Tener claridad sobre nuestros valores es realmente importante.

Aquí hay algunos consejos que Russ Harris dio en un reciente taller de la Trampa de la Felicidad. Me parecieron muy útiles y espero que a ti también te lo parezcan.

1. Los valores son «cualidades de comportamiento deseadas». Se refieren a lo que queremos ser en el mundo. Qué tipo de empleado, gerente, compañero de trabajo, amigo, pareja, etc.

2. Los valores no son objetivos. Los objetivos se pueden alcanzar, mientras que los valores son decisiones que se toman en cada momento. En este momento, puedo ser curioso, pero nunca podré lograr ser «curioso».

3. Los valores no son reglas. Son cualidades que elegimos libremente. En cuanto empezamos a sentir que tenemos que seguir un valor, éste pierde toda su vitalidad. Deja de ser un valor y empieza a ser una regla. En los lugares de trabajo con vitalidad, las personas se adhieren con gusto a los valores de la organización. En los lugares de trabajo que carecen de vitalidad, los miembros del personal siguen los «valores» de la organización porque se meterán en problemas si no lo hacen.

4. Los valores tienen que ver con mi comportamiento, no con lo que quiero obtener de los demás. En un reciente y conmovedor post, Rob dio un ejemplo de un ‘valor’ que carecía de vitalidad:

‘Valoro a mi familia, por el amor y el apoyo que me ofrecen’

Rob escribió sobre la importancia de explorar los sentimientos que hay debajo de esta afirmación para llegar a algo un poco más vital. Hizo un punto importante. También me gustaría añadir que este «valor» es en realidad una declaración de un deseo o necesidad. Y mezclar valores y necesidades es problemático. ¿Qué pasa si mi familia se preocupa por sus propios problemas y no me da el apoyo que necesito? ¿Dejo entonces de valorarlos? En cambio, si puedo convertir esta afirmación en una cualidad de mi propio comportamiento, entonces pasa a estar completamente bajo mi control. En cada momento puedo elegir si actúo o no según el valor. Tal vez sea:

‘Valoro a mi familia. Lo demuestro siendo afectuoso y cariñoso en mis interacciones con ellos’

Esto significa que los valores pueden ser increíblemente poderosos. Se trata de cómo elijo comportarme. No dependen de cómo me respondan los demás. Tengo que añadir una cláusula: los valores tienen que ser flexibles. El contexto determina los valores con los que actúo en cada momento. Con un jefe acosador, puedo elegir actuar según mis valores en torno a la asertividad y la justicia. Con un cliente descontento, puedo optar por actuar según mis valores de amabilidad y compasión. Pero como siempre se trata de mí, tengo el poder de elegir.