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Esta temporada ha sido dura para algunos de los grandes nombres de la NFL. Desde Saquon Barkley y Patrick Mahomes, hasta Nick Foles y Ben Roethlisberger, una larga lista de estrellas han quedado fuera de combate.
Con tantos jugadores de impacto en el estante, comenzamos a pensar en las lesiones pasadas en la liga. Aunque esta temporada ninguna ha sido especialmente estomagante, ha habido algunas lesiones absolutamente espantosas en la historia de la liga. Algunas fueron simplemente jugadas de fútbol americano, mientras que otras fueron accidentes extraños.
Acompáñanos a clasificar las cinco peores lesiones ocurridas durante un partido de la NFL. Lo sentimos Jason Pierre-Paul, los accidentes de fuegos artificiales fuera de temporada no califican.
Algunos de los videos e imágenes que está a punto de ver pueden ser perturbadores. Se recomienda la discreción del espectador.

Napoleon McCallum (1994)

En los años 80 y 90, el Monday Night Football era un programa de televisión imprescindible. Como tal, millones de personas en todo el país fueron testigos de la lesión que puso fin a la carrera del corredor de los Raiders Napoleon McCallum. Cuando fue placado por Ken Norton Jr. y tirado hacia abajo, su pierna se hiperextendió. La lesión tenía mala pinta, pero pocos se dieron cuenta de lo grave que era en realidad.

McCallum sufrió grandes daños en los nervios, se rompió tres ligamentos de la rodilla y los músculos de la pantorrilla y los isquiotibiales fueron arrancados del hueso. Se rompió una arteria de la rodilla izquierda, lo que le obligó a ser operado de urgencia, y estuvo a punto de perder la pierna. Se sometió a seis cirugías en total y no volvió a jugar al fútbol americano.

Johnny Knox (2011)

A menudo nos fijamos en los brutales golpes que reciben los receptores después de atrapar el balón y entendemos cuándo se produce una lesión. A veces, sin embargo, es una simple jugada de fútbol la que puede llevar a los peores resultados. En un partido de final de temporada contra los Seattle Seahawks, Johnny Knox atrapó un pase en el centro del campo y luego perdió el balón en un fumble. Cuando se lanzó a recuperar el balón, chocó en el aire con Anthony Hargrove, un ala defensiva que también iba a por el balón.

La colisión pareció un duro golpe en tiempo real, pero las repeticiones mostraron que Knox estaba doblado por la mitad, en sentido contrario. Su espalda estaba casi tocando su trasero, ya que se fracturó múltiples vértebras y sufrió daños en los nervios y tuvo que someterse a una cirugía de fusión espinal. A pesar de la rehabilitación, la carrera de este joven y prometedor receptor llegó a su fin y se retiró un año más tarde sin volver a jugar.

Darryl Stingley (1978)

Esta es la lesión más desgarradora de todas las de nuestra lista y nos recuerda por qué la seguridad de los jugadores -especialmente los golpes a receptores indefensos- es un tema que está siendo muy estudiado en el fútbol americano. La lesión del receptor de los New England Patriots, Darryl Stingley, condujo a muchos de los cambios en las reglas que vemos hoy en día.

La leyenda de los Raiders, Jack «The Assassin» Tatum, fue uno de los golpeadores más duros de la historia de la NFL. En un partido de pretemporada contra los Patriots, golpeó con fuerza a Stingley, que intentaba atrapar un lanzamiento desviado. Aunque el golpe impactó en el hombro de Stingley, y no en su cabeza o cuello, el golpe fue devastador.
Preparado para convertirse en uno de los jugadores mejor pagados de la liga unos días después de la lesión, la vida de Stingley se alteró trágicamente. Sufrió una compresión de la médula espinal y se rompió dos vértebras. Quedó inmóvil en el campo y nunca recuperó el uso de sus brazos o piernas. Stingley murió en 2007 a causa de una enfermedad provocada por las complicaciones de la tetraplejia. Tatum nunca se disculpó por lo que le ocurrió a Stingley y nunca habló con él después del golpe.

Rashad Johnson (2013)

¿Alguna vez has perdido parte de tu dedo y no has sabido cómo ocurrió? Nosotros tampoco. Al contrario que el safety de los Arizona Cardinals, Rashad Johnson, que no se enteró de que había perdido la punta del dedo corazón hasta que fue a quitarse el guante después de cubrir un retorno de punt contra los Saints.

#thefinger Bendecido por poder seguir saliendo a hacer lo que me gusta esta temporada. #thankful #trulyblessed #birdgang pic.twitter.com/Z9WYq5TUz1

– Rashad Johnson (@rashadjohnson) 24 de septiembre de 2013

«Ni siquiera estoy seguro de cómo sucedió», dijo Johnson en una entrevista al día siguiente del partido. «Si tuviera que hacer una conjetura, diría que tal vez se clavó en el césped allí y se encajó hacia atrás y se rompió de esa manera. Mi guante no estaba desgarrado ni rasgado, lo que me hace pensar que no se enganchó en una máscara facial o que un taco lo pisó».
Esa noche fue operado para afeitar el hueso, que sobresalía del dedo, y Johnson se perdió un tiempo mínimo.

Joe Theismann (1985)

Esta jugada no necesita presentación. En el Monday Night Football de 1985, el mariscal de campo de los Washington Redskins, Joe Theismann, fue golpeado por el legendario linebacker de los New York Giants, Lawrence Taylor, y sufrió una de las lesiones más espantosas jamás presenciadas en televisión en vivo en cualquier deporte. Washington trató de hacer una jugada de pulga, pero los Giants no se dejaron engañar. Mientras varios defensores convergían sobre él, Theismann fue derribado por Taylor, que cayó sobre la parte inferior de la pierna derecha del quarterback.

Theismann recordó que su pierna «se partió como un palillo», pero no sintió nada por debajo de la rodilla. Todo el mundo pudo ver claramente lo que ocurría, con un detalle espantoso, ya que Theismann sufrió una fractura compuesta, con parte del hueso de la pierna atravesando la piel. Sólo los jugadores lo sabían al principio, hasta que la ABC decidió mostrar múltiples repeticiones, durante las cuales se hizo evidente para todos en casa.
Theismann nunca volvió a jugar al fútbol americano, y la lesión se convirtió en una parte infame de la historia de la NFL.