Mi dolor de ciática es casi insoportable. ¿Qué puedo hacer?

La pregunta: Soy un hombre de 44 años y sufro de forma intermitente de ciática desde hace muchos años. Últimamente, he tenido un episodio muy doloroso y las recetas de relajantes musculares que tengo no parecen ayudar. ¿Qué puedo hacer para reducir el dolor?

La respuesta: Ciática es el término utilizado para describir el dolor que se irradia a lo largo del nervio ciático, que sale de los huesos vertebrales inferiores (columna lumbar) y va desde la parte inferior de la espalda, a través de las nalgas y hacia abajo cada pierna. Cuando el nervio ciático se pellizca, puede provocar síntomas de dolor, ardor o entumecimiento.

A menudo, durante un episodio de ciática, la respuesta común es guardar reposo en la cama. Aunque se trata de una reacción natural, se ha comprobado que el reposo prolongado en cama puede aumentar el dolor de espalda. El movimiento permite que los nutrientes curen la columna vertebral y reduce los espasmos musculares, al tiempo que ayuda a aumentar la flexibilidad y mejorar el tono muscular. Es importante evitar las actividades de alto impacto que desencadenan el dolor, pero continuar con las tareas habituales y los ejercicios ligeros. En un pequeño número de casos, si el dolor de espalda es tan intenso que no puede moverse, puede ser útil un breve período de descanso, pero generalmente no más de uno o dos días.

Además de mantenerse activo, hay una serie de opciones de autocuidado que puede probar.

Como con cualquier lesión, aplicar compresas calientes en la zona afectada puede ayudar a calmar el dolor muscular y aliviar la tensión. Para algunos, aplicar hielo o una bolsa de guisantes congelados en la zona también ayuda. A medida que el dolor mejora, puede empezar a introducir ejercicios de estiramiento suaves que pueden ayudar a aliviar la presión del nervio comprimido.

Además de estas medidas conservadoras, a menudo se necesita medicación para tratar la ciática. Los medicamentos que solemos utilizar incluyen antiinflamatorios, relajantes musculares y, en casos más graves o persistentes, analgésicos narcóticos, antidepresivos o anticonvulsivos. Los medicamentos de venta libre, como el paracetamol, el ibuprofeno o el naproxeno, pueden utilizarse en primer lugar y suelen ser eficaces. Intente tomarlos durante los primeros días de un brote agudo a intervalos regulares en lugar de sólo cuando el dolor sea insoportable.

En su caso, es posible que su cuerpo se haya acostumbrado a la medicación relajante muscular prescrita y, por lo tanto, ya no sea eficaz para usted. Es importante que visite a su médico y revise esta preocupación. Puede sugerirle que aumente la dosis o que cambie de medicamento. Su médico también debe asegurarse de que su dolor no es el resultado de otra afección.

Al mismo tiempo, puede considerar la posibilidad de recibir fisioterapia, ya que puede ayudar a corregir la postura y fortalecer los músculos de la zona lumbar para aliviar la tensión del nervio. La manipulación de la columna vertebral por parte de un fisioterapeuta, quiropráctico o masajista ha resultado ser tan útil como tomar medicamentos para el dolor.

Y cuando los medicamentos orales no funcionan para la ciática, existe la opción de recibir una inyección de esteroides en la espalda. Los esteroides actúan para reducir la inflamación y la irritación cuando se inyectan en la raíz del nervio. Aunque inicialmente son útiles, hay que tener en cuenta que el efecto de las inyecciones puede desaparecer en uno o dos meses.

Por último, en casos muy raros, se puede considerar la cirugía. Si este es el caso, su médico puede remitirle a un cirujano ortopédico especializado en cirugía de la columna vertebral.

Es tranquilizador observar que para la mayoría, los brotes de ciática se resuelven con tratamientos conservadores. Dicho esto, sin embargo, dado que ha experimentado la ciática en el pasado, es posible que vuelva a aparecer en el futuro.

La Dra. Sheila Wijayasinghe es la directora médica del Centro de Salud para Mujeres Inmigrantes, trabaja como médico de plantilla en el Hospital St. Michael en su Unidad de Práctica Familiar y en la Clínica Hassle Free, y estableció y dirige una clínica en el Refugio de Hábitat para Mujeres en Etobicoke.

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