Los peligros de la soledad y el aislamiento de los mayores – Welbi
On diciembre 25, 2021 by adminLa soledad mata. Para los mayores, la soledad puede ser un riesgo para la salud tan grande como la obesidad, el tabaquismo o el alcoholismo.
La soledad y el aislamiento de los mayores no son cuestiones que deban ignorarse o tomarse a la ligera. Un estudio de Statistics Canada de 2009 mostró que alrededor del 20% de los ancianos de 65 años o más se sentían solos al menos en algún momento. En el caso de los mayores de 85 años, esta cifra era del 25%. Este es un problema que se agrava con la edad, y puede tener importantes consecuencias negativas. La soledad y el aislamiento no sólo suponen importantes amenazas para la salud física de los mayores, sino que también pueden tener graves efectos en la salud mental.
Soledad frente a aislamiento
Hay que distinguir entre soledad y aislamiento, ya que no son lo mismo. Un estudio de la Universidad McMaster define el aislamiento como un estado que surge por tener muy pocas o ninguna relación social. Esto se contrapone a la soledad, que es la percepción subjetiva de tener relaciones sociales insuficientes o no tener suficiente contacto con la gente.
Un par de investigadores galeses también analizaron las diferencias entre la soledad y el aislamiento en adultos mayores de 65 años, e hicieron una distinción entre ambos. Se consideró que los individuos estaban aislados si cumplían los siguientes criterios
- Vive solo
- Nunca sale de casa
- No tiene parientes cercanos
- Nunca visita a nadie
.
- No tiene contacto con los vecinos
- Está solo más de 9 horas al día
- No tiene teléfono
- El vecino más cercano está a más de 50 metros (fuera del alcance del oído)
La soledad, por otro lado, tenía criterios diferentes:
- Desea tener más amigos
- No ve lo suficiente a sus amigos y familiares
- No tiene ningún confidente
- No tiene verdaderos amigos que vivan cerca
.
- No conoce a suficiente gente
- No tiene a nadie a quien pedirle favores
- Pasó la Navidad anterior solo y solitario
Los dos están relacionados pero son distintos. Es posible que los mayores estén aislados y no se sientan solos (y viceversa), algo que el estudio aborda con más detalle. El hecho de que estas dos cuestiones estén separadas podría significar que afectan a los ancianos de forma diferente, pero es necesario investigar más para llegar a una conclusión al respecto.
La soledad y el aislamiento que experimentan los ancianos suelen ser el resultado de unas relaciones sociales de baja calidad o de la ausencia total de estas relaciones. Sin embargo, hay otros factores de riesgo que pueden hacerlos más susceptibles a estos problemas.
Factores de riesgo
Un factor de riesgo importante para desarrollar la soledad y el aislamiento es vivir solo. Las personas mayores que no viven con un cónyuge u otro miembro de la familia son mucho más propensas a desarrollar sentimientos de soledad. En 2011, Statistics Canada descubrió que el 31,5% de las mujeres y el 16% de los hombres mayores de 65 años viven solos. Sin embargo, incluso aquellos que no viven solos son susceptibles a la soledad. Un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco descubrió que el 43% de los ancianos se sentían solos aunque solo el 18% vivía solo.
Muchas fuentes identifican la falta de transporte como otro riesgo. A medida que los mayores envejecen, acaban perdiendo la capacidad de conducir, y perder esta libertad puede ser difícil de aceptar. Algunas personas mayores también evitan caminar en su comunidad debido a la escasa transitabilidad o al miedo a las caídas. Si los mayores no pueden conducir y dudan en caminar, pueden ser reacios a probar otras opciones de transporte, especialmente si no saben cómo acceder a ellas. Esto puede agravar fácilmente el aislamiento si los mayores no tienen familiares con coche que vivan cerca.
Un informe del Gobierno de Canadá identificó otros factores de riesgo que aumentan el riesgo de aislamiento. Algunos de ellos son tener 80 años o más, tener problemas de salud crónicos, la falta de contacto con la familia, vivir con bajos ingresos y los cambios en las estructuras familiares. Otros factores de riesgo identificados como importantes por las partes interesadas y los mayores en el informe son:
- la falta de conocimiento o de acceso a los servicios y programas comunitarios
- la pérdida del sentido de comunidad
- los problemas de salud de toda la vida, incluidas las discapacidades
- el miedo, el estigma o las actitudes discriminatorias por razón de edad que impiden a los mayores acceder a los servicios/programas comunitarios o ser socialmente activos en su comunidad
- las transiciones vitales (muerte de un familiar, traslado a un centro de cuidados de larga duración, pérdida del permiso de conducir, etc.).
El informe también identificó grupos que corren mayor riesgo de aislamiento social. Entre estos grupos se encuentran los mayores con bajos ingresos, los que cuidan de otros, los aborígenes, los recién llegados a Canadá o los inmigrantes, y los mayores LGBT. Los ancianos con problemas de salud física y mental también están en riesgo, lo que puede ser un problema importante ya que la soledad puede intensificar aún más estos problemas de salud.
Impactos en la salud
Los efectos del aislamiento y la soledad pueden tener graves impactos negativos en la salud de los ancianos. Un estudio reveló que los ancianos solitarios tienen un 59% más de riesgo de deterioro de la salud física y mental, y un 45% más de riesgo de muerte. Otros investigadores han sugerido que la soledad puede ser tan peligrosa como fumar 15 cigarrillos al día o ser alcohólico.
La salud física puede verse afectada por la soledad de varias maneras. Los ancianos aislados son más propensos a padecer enfermedades graves, como enfermedades pulmonares crónicas, artritis y problemas de movilidad. El sentimiento de soledad puede hacer que los ancianos adopten otros comportamientos poco saludables, como el consumo excesivo de alcohol, el exceso de comida y el tabaquismo, como forma de hacer frente a la soledad. La soledad también puede hacer que los mayores pasen más tiempo en casa y eviten la actividad física. Esta falta de ejercicio puede provocar un aumento de las tasas de hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y otros problemas.
Múltiples estudios han descubierto que la soledad puede afectar a la salud del corazón de forma significativa. Investigadores suecos descubrieron que los pacientes de bypass coronario que se describían a sí mismos como solitarios tenían 2,6 veces más probabilidades de morir en los 30 días posteriores a la intervención quirúrgica que los pacientes que no se sentían solos. Además, incluso 5 años después de la operación, el riesgo de muerte de los pacientes solitarios seguía siendo 1,8 veces mayor.
La soledad y el aislamiento también pueden tener efectos importantes en la salud mental. Un estudio holandés descubrió que los ancianos que sufren de soledad tienen un 64% más de riesgo de demencia. La depresión también es muy común en las personas mayores que se sienten solas. Entre las personas mayores que viven en centros de atención residencial, la tasa de depresión ha demostrado ser tan alta como el 44%. Esto es especialmente relevante, ya que se estima que los ancianos que viven en estas instalaciones tienen tasas mucho más altas de soledad que los ancianos que siguen viviendo en sus comunidades.
Hay una serie de medidas que se pueden tomar para tratar de aliviar la soledad y el aislamiento a los que se enfrentan los ancianos. Algunas de ellas son proporcionar un mejor acceso al transporte, trabajar para integrar mejor a los mayores en sus comunidades y utilizar la tecnología para ayudarles a conectar con los demás.
Para más detalles sobre posibles soluciones y otras ideas sobre cómo abordar la soledad y el aislamiento de los mayores, consulte este artículo.
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