Los orígenes del twerking: Qué es, qué significa y cómo se apropió

El «twerking» no es nuevo. Su omnipresencia puede parecer repentina, pero los medios de comunicación no hacen más que ponerse al día con algo que existe en la cultura global negra desde hace años.

CHRISTIANA-MBAKWE | XOJane

He visto variantes del twerking toda mi vida. Recuerdo ver a las mujeres mayores bailar en la iglesia predominantemente africana a la que asistía cuando era niña. Si se cantaba la canción de «alabanza» adecuada, cogían un pañuelo blanco y bailaban hasta llegar al frente de la iglesia. Rotaban sus caderas y hacían rebotar sus culos hasta que apenas se levantaban del suelo.

En esencia, su movimiento principal era el mismo que el twerking – todo en el culo y las caderas. Es rítmico y complejo, el juego de pies es intrincado y, aunque el cuerpo mezcla diferentes ritmos, todo consigue fluir como el agua.

Las raíces del twerking son ricas. Existen variantes del baile en la mayoría de los lugares donde hay una alta concentración de personas de ascendencia africana. Su versión actual se asocia comúnmente con la escena del bounce de Nueva Orleans, aunque al haber crecido en Londres lo asocio inmediatamente con la escena del Dancehall.

Si la gente se tomara el tiempo de explorar la raíz de lo que se ha apodado como el «twerk», se daría cuenta de que sus orígenes se encuentran en África Occidental. Es sorprendentemente similar a la danza Mapouka de Costa de Marfil, un baile realizado por mujeres que se centra en las nalgas. Existe desde hace siglos.

He visto variantes del twerking toda mi vida. Recuerdo haber visto bailar a las mujeres mayores en la iglesia predominantemente africana a la que asistía cuando era niña. Si se cantaba la canción de «alabanza» adecuada, cogían un pañuelo blanco y bailaban hasta llegar al frente de la iglesia. Rotaban sus caderas y hacían rebotar sus culos hasta que apenas se levantaban del suelo.

En esencia, su movimiento principal era el mismo que el twerking – todo en el culo y las caderas. Es rítmico y complejo, el juego de pies es intrincado y, aunque el cuerpo mezcla diferentes ritmos, todo consigue fluir como el agua.

Las raíces del twerking son ricas. Existen variantes del baile en la mayoría de los lugares donde hay una alta concentración de personas de ascendencia africana. Su versión actual se asocia comúnmente con la escena del bounce de Nueva Orleans, aunque al haber crecido en Londres lo asocio inmediatamente con la escena del Dancehall.

Si la gente se tomara el tiempo de explorar la raíz de lo que se ha apodado como el «twerk», se daría cuenta de que sus orígenes se encuentran en África Occidental. Es sorprendentemente similar a la danza Mapouka de Costa de Marfil, un baile realizado por mujeres que se centra en las nalgas. Existe desde hace siglos.

He visto variantes del twerking toda mi vida. Recuerdo haber visto bailar a las mujeres mayores en la iglesia predominantemente africana a la que asistía cuando era niña. Si se cantaba la canción de «alabanza» adecuada, cogían un pañuelo blanco y bailaban hasta llegar al frente de la iglesia. Rotaban sus caderas y hacían rebotar sus culos hasta que apenas se levantaban del suelo.

En esencia, su movimiento principal era el mismo que el twerking – todo en el culo y las caderas. Es rítmico y complejo, el juego de pies es intrincado y, aunque el cuerpo mezcla diferentes ritmos, todo consigue fluir como el agua.

Las raíces del twerking son ricas. Existen variantes del baile en la mayoría de los lugares donde hay una alta concentración de personas de ascendencia africana. Su versión actual se asocia comúnmente con la escena del bounce de Nueva Orleans, aunque al haber crecido en Londres lo asocio inmediatamente con la escena del Dancehall.

Si la gente se tomara el tiempo de explorar la raíz de lo que se ha apodado como el «twerk», se daría cuenta de que sus orígenes se encuentran en África Occidental. Es sorprendentemente similar a la danza Mapouka de Costa de Marfil, un baile realizado por mujeres que se centra en las nalgas. Existe desde hace siglos.

La riqueza y el privilegio también significan que Miley puede apropiarse indebidamente de un pequeño elemento de la experiencia cultural negra para obtener beneficios y valor de choque, mientras que los creadores no obtienen ningún crédito ni capital. No es la primera ni será la última. ¿Quiere esto decir que Miley intenta ser negra? Por supuesto que no. Una construcción tan compleja como la negritud no puede comprimirse en un movimiento de baile, un atuendo y unos actos de rebeldía. Decir eso sería miope.

Es imposible «convertirse en negro» a través del comportamiento y si hubiera algún procedimiento para convertirse en negro, estoy seguro de que Miley no se sometería a él. Eso significaría que se expondría a los prejuicios sistémicos que conlleva ser negro – eso es demasiado engorroso y no es divertido. En su lugar, Miley escoge las partes de la cultura negra que se adaptan a su agenda y hacen cosquillas a sus papilas gustativas.

Al final, se aburrirá.

Así es como funcionan los breves períodos de fascinación por las cosas exóticas. Se explotan para obtener beneficios, influencia social y factor de moda, y luego se descartan. Un poco como esa época en la que la gente llevaba bindis como una declaración de moda. Ese tatuaje de caligrafía china en la parte baja de la espalda que ahora te da vergüenza mostrar. Toda esa ropa de inspiración asiática de los años 90 que donaste a tu tienda de segunda mano. Cuando todo esté dicho y hecho, los medios de comunicación se cansarán y la gente se aburrirá.

Pero antes de que te canses del twerking o de cualquiera que sea la nueva moda de inspiración étnica, rastrea sus raíces. Averigua qué significa realmente para la gente y cómo ha evolucionado. Respeta el rico patrimonio cultural del que se nutre y recuerda a las personas que lo mantuvieron vivo mucho antes de que estuviera de moda.