Lo que realmente significa cuando no puedes superar a alguien
On octubre 26, 2021 by adminDicen que para superar a alguien se necesita la mitad del tiempo que estuvisteis juntos para superarlo completamente. Así que si estuvisteis juntos durante un año, tienes seis meses. Tres años, un año y medio. Un mes, dos semanas. Y así sucesivamente.
Así que marcas la fecha en tu calendario. Te abrochas el cinturón para el viaje hacia la curación que, en última instancia, terminará con que ya no te importen. Seguirás adelante, los dejarás ir. No le darás vueltas, no te obsesionarás, lo superarás y estarás bien. Vas tachando cada día en el muro metafórico, haciendo la cuenta atrás hasta el día en que estarás mejor.
«Tengo 72 días y luego estaré bien.»
«En tres semanas más no te echaré de menos.»
«Mañana estaré bien.»
Y entonces llega tu día. Sale el sol en esa fecha mágica en la que ha pasado exactamente la mitad de la duración de vuestra relación para que ahora no te duela. Ahora, hoy, no los echarás de menos. Es el día en que por fin habrás pasado página.
Pero… no lo haces.
No te sientes mejor, no te sientes «libre» ni «superado». Sigues echándoles de menos y te sigue doliendo. Han pasado días, semanas, meses, años pero no sientes que tu tiempo haya terminado. No para ti, sigue siendo tan palpable como lo fue segundos después de que se fueran. Para ti, no ha pasado el tiempo.
Así que corres a tu calendario, vuelves a comprobar tus cálculos. Tal vez tienes otra semana o otras 24 horas para ir. Tal vez mañana estarás bien. Sí. Eso es. Mañana lo habrás superado. Sólo tienes un sueño más.
Pero entonces llega ese mañana y… nada es diferente.
Y llega otro mañana, que sigue siendo el mismo.
Los incontables mañanas van y vienen y el sol sale y se pone y te sientes atrapado en un ciclo interminable en el que eres completamente incapaz de seguir adelante, de avanzar. Te miras a ti mismo, miras este vicioso e interminable dolor en el que estás atrapado y te preguntas si esta es tu nueva realidad. Si este es el mundo en el que estás destinado a estar atascado para siempre.
Pero la cosa sobre seguir adelante, las cosas sobre superar a la gente es que no hay una manera única de hacerlo. No hay una receta, ni una fórmula, ni una forma mágica de levantarse una mañana y dejar de preocuparse.
Puedes buscar en Google «Cómo superar a alguien» y leer un artículo tras otro sobre la curación hasta que tus ojos amenacen con desprenderse de tu cuerpo. Puedes hacer yoga, meditar, intentar llegar a un lugar de paz donde seas tu «mejor yo» y hacer tantos saludos al sol que te des un latigazo. Puedes fingir hasta que lo consigas, esculpiendo una gran sonrisa y repitiendo «estoy bien» hasta que te falle la voz. Puedes ponerte una fecha límite, decir: «Este es el último día que estaré triste» y creer ciegamente que eso funcionará. Pero la realidad es que ninguna de esas cosas te hace superar a alguien.
Y la verdad sobre no superarlo, sobre no seguir adelante, sobre no ser capaz de dejar ir a alguien es simplemente, porque no estás preparado para ello.
Significa que no estás preparado para enfrentarte a un mundo en el que estarás bien sin ellos. No estás preparado para ver los casos en los que no eran adecuados para ti. No estás listo para existir como un yo y no un nosotros, o como un soltero en lugar de una pareja. No estás preparada para seguir adelante porque sigues centrada en tu ahora y no en tu futuro.
¿Y sabes qué? Eso está bien.
Está bien sentir lo que sientes aunque «ellos» hayan dictado que ya deberías haberlo superado. Está bien no saber cuándo serás libre y habrás pasado página. Está bien sentirse atascado y deprimido incluso a lo largo de un viaje para encontrar tu mejor yo. Está bien estar triste, está bien no haberlo superado, está bien NO estar bien.
Está bien.
Porque un día, lo estarás. No hay manera de saber cuándo, pero un día no te sentirás así. Un día te levantarás y no pensarás: «Quizás mañana me sienta mejor». Un día abrirás el ordenador y en lugar de buscar en Google «¿Cuánto tiempo puedo estar triste por mi ruptura?», simplemente comprobarás tu correo electrónico sin expectativas. Un día meditarás y no te fijarás en ellos. Un día dirás «estoy bien» y lo dirás en serio.
Un día en vez de mirarlos y en vez de ver al actor central de la línea argumental de tu desamor, sólo verás a una persona.
Un día los superarás. Lo prometo.
Y quién sabe. Tal vez sea mañana.
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