Liposucción tumescente

La liposucción tumescente puede eliminar de forma segura la grasa de casi todas las partes del cuerpo, incluyendo la cara, el cuello, la barbilla, el pecho, el estómago, las caderas, los flancos, la espalda, la cara interna y externa de los muslos, las nalgas, las rodillas, las pantorrillas y los tobillos. Se utiliza para eliminar lipomas, o tumores grasos benignos, y para tratar la sudoración excesiva de las axilas y el aumento de tamaño de los senos masculinos y femeninos.

Preparación

Si está considerando la posibilidad de someterse a una liposucción tumescente, se reunirá con un cirujano dermatológico o plástico para hablar de sus objetivos estéticos y determinar si la liposucción tumescente es el mejor método para satisfacer sus necesidades. El cirujano examinará su piel y las zonas que desea contornear. Se realizará un examen físico completo. Se tomarán fotografías antes y después de la intervención.

Se hablará de su historial médico, incluidas las cirugías anteriores, los problemas de salud presentes y pasados, los medicamentos, así como los suplementos nutricionales y herbales que esté tomando o haya tomado alguna vez.

Si decide someterse a una liposucción tumescente, su médico le dará instrucciones específicas que deberá seguir antes de la cirugía. Revisará los medicamentos que toma regularmente, incluidos los suplementos nutricionales y herbales, y le indicará cuándo debe dejar de tomarlos antes de la cirugía.

Otras instrucciones pueden incluir:

• Si fuma, deje de hacerlo al menos dos semanas antes de la cirugía, ya que fumar puede dificultar la cicatrización de la herida.
• Para evitar los pelos encarnados, no se afeite ni se quite el pelo cerca de las zonas que se van a contornear el día de la cirugía.
• No coma ni beba nada después de la medianoche anterior a la cirugía. Si necesita tomar medicamentos que han sido aprobados por su médico, tómelos con un pequeño sorbo de agua.
• Lleve ropa holgada que se abra por delante o que sea fácil de quitar por encima de la cabeza.

Procedimiento

Se inyectará una solución que contiene un anestésico local y un fármaco llamado epinefrina en las zonas objetivo de los depósitos grasos excesivos. La solución rellena la capa de grasa de la piel y hace que se hinche y se vuelva más firme, lo que permite al cirujano tener un mejor control al contornear la zona. La solución también hace que los vasos sanguíneos se contraigan temporalmente, reduciendo en gran medida la pérdida de sangre durante el procedimiento, y reduce los hematomas, la hinchazón y el dolor después del procedimiento.

Después de inyectar la solución, el cirujano hace una pequeña incisión en la piel e inserta una cánula -un tubo pequeño y delgado que está conectado a una máquina similar a una aspiradora- en la capa de grasa. Mediante movimientos de vaivén, la grasa es aspirada a través del tubo hasta un sistema de recogida estéril. A continuación, se coloca una prenda de compresión elástica para ayudar a que la piel se contraiga y cicatrice.

Recuperación

La anestesia local inyectada en el tejido graso dura unas 24 horas tras la intervención. Esto minimiza en gran medida el dolor postoperatorio. Una vez que desaparece, la mayoría de los pacientes experimentan algunas molestias que suelen controlarse con Tylenol.

La mayoría de los pacientes están alerta y son capaces de funcionar sin náuseas ni aturdimiento. Se recomienda caminar inmediatamente después del procedimiento para mejorar la curación. Puede reanudar el ejercicio entre tres y siete días después de la intervención. Si su trabajo no implica un trabajo físico pesado, probablemente pueda volver a trabajar en unos pocos días.

La mayor parte de la hinchazón desaparece en unos pocos días. Aunque verá una mejora en una o dos semanas, se necesitan al menos tres o cuatro meses, y en algunos casos hasta seis meses, para ver el beneficio total del tratamiento.

Riesgos

Como toda cirugía, la liposucción tumescente conlleva tanto beneficios como riesgos. Las complicaciones son poco frecuentes y suelen ser menores. Las más comunes son la irregularidad de la piel, los bultos, los hoyuelos, la piel suelta, el entumecimiento, las infecciones y las cicatrices. Si se producen, pueden corregirse fácilmente en la mayoría de los casos.

La frecuencia de las complicaciones se reduce significativamente cuando el procedimiento lo realiza un cirujano dermatológico o plástico cualificado y bien formado.