La Reina Roja

Muchos dicen que nuestra cultura está obsesionada con el sexo, y utiliza referencias sexuales para vender todo, desde fragancias hasta coches. ¿Y no sería la vida aburrida sin él? Sin embargo, desde el punto de vista de la teoría evolutiva, el sexo no es la forma más eficiente de reproducirse. De hecho, los científicos llevan décadas preguntándose por qué existe la reproducción sexual.
Si el objetivo de la vida es propagar los genes a lo largo y ancho, los organismos que se reproducen asexualmente parecen tener ventaja. No tienen que invertir tiempo y energía en encontrar una pareja. Los individuos asexuales pueden transmitir sus genes el doble de rápido que los que se reproducen sexualmente, porque transmiten todos sus genes, y sólo sus genes. Cuando la reproducción es sexual, la mitad de los genes que se transmiten a la siguiente generación son los del otro progenitor. La descendencia puede perder algunos de los rasgos genéticos que hicieron que cada progenitor tuviera éxito.
Hay muchas hipótesis pero, hasta hace poco, pocas pruebas sólidas sobre las ventajas del sexo. Se basan en la idea de que la variación genética creada en la reproducción sexual vale la pena. Y, al menos en algunos entornos, esa variación debe suponer una ventaja competitiva frente a los organismos asexuales que pueden propagar sus genes de forma eficiente, pero que varían poco de una generación a otra.
Una de las explicaciones es la cada vez más popular hipótesis de la Reina Roja, que hace referencia a la pieza de ajedrez enfadada de la obra de Lewis Carroll A través del espejo. En el País del Espejo, la Reina le dice a Alicia: «Se necesita toda la carrera que puedas hacer, para mantenerte en el mismo lugar». Según la hipótesis de la Reina Roja, la reproducción sexual persiste porque permite a muchas especies evolucionar rápidamente nuevas defensas genéticas contra los parásitos que intentan vivir de ellas.
Científicos de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, han puesto a prueba esta idea observando diferentes grupos de pequeños peces llamados topminnow en México. Algunas poblaciones de topminnow se reproducen sexualmente, mientras que otras se reproducen asexualmente, por lo que proporcionan la oportunidad perfecta para probar estas ideas. Los investigadores descubrieron que poblaciones idénticas («clones») de los pececillos que se reproducen asexualmente albergaban muchos más gusanos de la mancha negra que los que se reproducen sexualmente, un hallazgo que encaja con la hipótesis de la Reina Roja: Los topminnows sexuales podían idear nuevas defensas más rápidamente por recombinación que los clones que se reproducen asexualmente.