La ecolocalización podría ayudar a las personas ciegas a aprender a navegar como los murciélagos
On diciembre 18, 2021 by adminAlgunas personas ciegas aprenden la extraordinaria habilidad de la ecolocalización, utilizando chasquidos bucales para explorar su entorno de una forma comparable a la que utilizan los murciélagos para navegar.
Ahora los científicos han descubierto nuevos conocimientos sobre cómo se realiza esta hazaña, lo que podría ayudar a otras personas a aprender esta habilidad.
El estudio confirma que las personas pueden identificar objetos con un alto grado de precisión escuchando los ecos de los chasquidos de la boca y que realizan sutiles alteraciones en sus patrones de chasquido en función de la ubicación del objeto.
La mayoría de las personas que nacen ciegas son muy sensibles a la acústica de su entorno, utilizando los ecos que rebotan de los objetos, las paredes y los edificios para orientarse y evitar colisiones. Sin embargo, en los últimos años se ha ido conociendo la capacidad de algunas personas ciegas de utilizar los chasquidos de la boca para ecolocalizar activamente. Un experto estadounidense en ecolocalización, Daniel Kish, utiliza esta técnica para construir con precisión un boceto mental de una habitación, además de utilizarla para recorrer nuevos senderos en bicicleta de montaña.
Lore Thaler, que dirigió el trabajo en la Universidad de Durham, dijo: «
Thaler dijo que esta habilidad suele surgir de forma espontánea en los niños, cuando experimentan con formas de explorar su entorno. «Hemos comprobado que acaban haciendo cosas similares, aunque hayan desarrollado la habilidad de forma independiente», añadió.
En el último estudio, se encomendó a ocho expertos ecolocadores la tarea de detectar si un disco de 17,5 cm estaba presente en su entorno. Los investigadores colocaron el disco a un metro de los voluntarios en distintos ángulos. Los voluntarios acertaron en un 100% cuando el objeto estaba directamente frente a ellos, pero su porcentaje de éxito descendió al 80% cuando estaba ligeramente detrás de ellos y al 50% -no mejor que el azar- cuando estaba directamente detrás de su espalda (no se permitía el movimiento de la cabeza).
Los participantes tendían a aumentar instintivamente el número y el volumen de los chasquidos cuando el objeto estaba más atrás, según el estudio, reflejando el tipo de ajustes que realizan los murciélagos cuando navegan con el sonar.
Conocer los tipos de estrategias que utilizan los expertos podría ayudar a entrenar a otros discapacitados visuales en la ecolocalización, espera Thaler. «Es una habilidad que se puede aprender», añade.
La técnica suele utilizarse junto con un bastón o un perro guía -no como sustituto-, pero puede ayudar a evitar colisiones con objetos a la altura de la cabeza y da una impresión del entorno más amplia, algo que no pueden hacer otras ayudas.
«Te da una impresión de espacio a gran escala, algo con lo que algunas personas ciegas de nacimiento pueden tener problemas», afirma Thaler.
Los hallazgos se publican en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
Deja una respuesta