La diferencia entre «inteligencia» e «intelecto»

Estoy revisando el libro de Richard Hofstadter, ganador del premio Pulitzer, Anti-Intellectualism in American Life (1963). Al principio del libro, Hofstadter hace una distinción entre «inteligencia» e «intelecto». Lo encontré útil. He aquí una muestra:

p. 25: La inteligencia trabaja dentro del marco de unos objetivos limitados pero claramente establecidos, y puede apresurarse a esquilmar las cuestiones de pensamiento que no parecen ayudar a alcanzarlos… El intelecto, por otro lado, es el lado crítico, creativo y contemplativo de la mente. Mientras que la inteligencia busca captar, manipular, reordenar, ajustar, el intelecto examina, reflexiona, se pregunta, teoriza, critica, imagina… La distinción puede parecer excesivamente abstracta, pero se ilustra con frecuencia en la cultura estadounidense. En nuestra educación, por ejemplo, nunca se ha dudado de que la selección y el desarrollo de la inteligencia es un objetivo de importancia central; pero la medida en que la educación debe fomentar el intelecto ha sido objeto de la más acalorada controversia, y los opositores al intelecto en la mayoría de las esferas de la educación pública han ejercido un poder preponderante.

p.26: …pocos de nosotros creemos que un miembro de una profesión, incluso de una profesión erudita, sea necesariamente un intelectual en cualquier sentido discriminatorio o exigente de la palabra. En la mayoría de las profesiones el intelecto puede ayudar, pero la inteligencia servirá suficientemente bien sin él. Sabemos, por ejemplo, que no todos los académicos son intelectuales; a menudo lamentamos este hecho. Sabemos que hay algo en el intelecto, en contraposición a la inteligencia profesionalmente entrenada, que no se adhiere a las vocaciones enteras sino sólo a las personas.

p.27: …el hombre profesional vive de las ideas, no para ellas. Su función profesional, sus habilidades profesionales, no lo convierten en un intelectual. Es un trabajador mental, un técnico. Puede ser también un intelectual, pero si lo es, es porque aporta a su profesión un sentimiento distintivo sobre las ideas que no requiere su trabajo. Como profesional, ha adquirido un stock de habilidades mentales que están a la venta. Las habilidades están muy desarrolladas, pero no pensamos en él como un intelectual si faltan ciertas cualidades en su trabajo: inteligencia desinteresada, fuerza generalizadora, especulación libre, observación fresca, novedad creativa, crítica radical.

Este semestre, en mis cursos Creados y Llamados a la Comunidad (CCC) en el Messiah College, estoy enseñando a muchos estudiantes de primer año que persiguen carreras profesionales como enfermería, negocios, ingeniería y educación. Durante los próximos tres años de universidad estos estudiantes aprenderán una habilidad específica y en el proceso acumularán un cierto tipo de inteligencia sobre un tema. Utilizarán esta inteligencia en una carrera. Como dice Hofstadter, «adquirirán un stock de habilidades mentales que están a la venta». (Es de esperar que también pongan esta inteligencia en uso en una vida de servicio).

Pero parece que un curso interdisciplinario de artes liberales basado en textos como el CCC debería tratar de enseñar a los estudiantes a seguir una vida intelectual. Este curso debería ser una introducción a una forma de pensar sobre el mundo que trascienda la estrecha inteligencia. Si leo correctamente a Hofstadter, un estudiante puede ganar inteligencia durante su carrera universitaria sin aprender a fomentar el intelecto.

Cuando desafío a los estudiantes a ejercitar sus mentes en los cursos de educación general, les enseño a pensar y les invito a desarrollar una vida intelectual, a veces me pregunto si tienen la impresión de que no creo que sean inteligentes. No es así. Este semestre tengo muchos estudiantes inteligentes en mis clases, pero esto no significa que sean intelectuales. Esta es una diferencia útil que quiero compartir con ellos pronto.