La cafeína en su taza favorita de café y té con leche – CHOICE# 444

El mundialmente famoso té con leche al estilo de Hong Kong ha sido analizado en un laboratorio, no tanto para descubrir su placer culinario como su contenido de cafeína.
Por primera vez, el Consejo de Consumidores, en colaboración con el Centro de Seguridad Alimentaria, ha puesto a prueba una amplia muestra de café y té con leche servidos en diversas cafeterías, restaurantes y grandes cadenas de tiendas.
En las muestras de prueba (80 en total) se incluyeron 30 tés con leche al estilo de los cafés locales y 10 tés con leche al estilo taiwanés; la otra mitad estaba formada por café -20 cafés normales con leche, 12 espresso (de un solo trago), 4 capuchinos y 4 cafés con leche-, lo que hace un total de 6 categorías.
El café y el té, indiscutiblemente las bebidas preferidas de diferentes sectores de la sociedad, tienen algo en común: la cafeína, un ingrediente que puede estimular el sistema nervioso central y hacer que las personas se sientan más alerta.
Sin embargo, un consumo excesivo -aunque las personas difieren mucho en su tolerancia a la cafeína- puede producir los efectos contrarios, como ansiedad, aceleración de los latidos del corazón, temblores, insomnio, malestar estomacal, etc.
Para los adultos sanos, el consumo moderado de café y té con leche no supone un problema para la salud. Existe una gran variabilidad individual en la reacción y tolerancia a los efectos de la cafeína. No se ha adoptado un valor orientativo internacional basado en la salud para la cafeína para los adultos medios.
Sin embargo, ciertos subgrupos de población son más propensos a verse afectados por la cafeína, por lo que deben ser conscientes de su consumo de cafeína. Por ejemplo, se aconseja a las mujeres embarazadas y lactantes que limiten su ingesta diaria de cafeína a no más de 200-300 mg; mientras que los niños de 12 años o menos a no más de 2,5-5 mg por kg de peso corporal al día.
Los resultados de la prueba proporcionaron más información a los consumidores de café y té con leche, ya que los niveles de cafeína en una sola taza oscilaban entre los 54 mg (un café con leche) y los 380 mg (un café normal).
Al frente del contenido de cafeína, las muestras de café normal tuvieron la dudosa distinción de ser la categoría con más contenido de cafeína en la prueba, oscilando entre 110 mg y 380 mg, o una media de 200 mg por taza.
El famoso té con leche estilo café de Hong Kong, después del café normal, tomado en bloque como categoría, presentó un contenido medio de cafeína que oscilaba entre 73 mg y 220 mg, o una media de 170 mg por taza.
Siguiendo de cerca en contenido de cafeína estaba el té con leche estilo taiwanés, que oscilaba entre 100 mg y 160 mg, o una media de 130 mg por taza.
Como es lógico, aunque en una base por litro el contenido de cafeína de la categoría de café expreso habría superado al de la categoría de café normal, ya que el volumen por taza de café expreso es pequeño, cuando se mide en base a la taza, este último se impuso.
En las pruebas se detectaron 8 muestras de café normal y 5 muestras de té con leche estilo café local con cafeína de 200 mg o hasta 300 mg o más por taza. Se recomienda a las mujeres embarazadas y lactantes y a las personas menos tolerantes a la cafeína que tomen nota.
En referencia al límite de ingesta diaria de cafeína establecido por el Ministerio de Salud de Canadá, tomando como ejemplo a los niños de 12 años con un peso corporal de 38 kg, se les recomienda limitar su ingesta diaria de cafeína a no más de 95 mg. Los resultados de la prueba mostraron que al consumir una porción de la mayoría de las muestras analizadas, la ingesta de cafeína resultante puede superar el límite de ingesta diaria de cafeína para los niños.
Y en el caso del té con leche de estilo taiwanés, que es un favorito cada vez mayor entre los jóvenes, especialmente los niños, todas las muestras de la prueba superaban este umbral. Por ello, se aconseja a los niños que no consuman este tipo de bebidas.
Los consumidores que deseen limitar la ingesta de cafeína pueden considerar pedir un café o un té con leche más suaves, o cambiar a las opciones descafeinadas.
Por otra parte, se insta al comercio, especialmente a las grandes cadenas de tiendas, a que proporcionen información sobre la presencia y el contenido de cafeína en sus productos -a través de menús, carteles, sitios web, líneas de atención telefónica, etc. – También debería considerarse la posibilidad de servir cafés y tés con leche de diferente graduación a petición de los consumidores que deseen limitar su ingesta diaria de cafeína.