Kirsten Powers

Powers apoya la sanidad universal. Así, inicialmente apoyó la reforma sanitaria del presidente Barack Obama, pero más tarde se mostró crítica con su aplicación. Más tarde opinó: «Mucha gente a la que la ley ha fastidiado de verdad se ha quedado sin seguro o con un seguro extremadamente caro», y estuvo de acuerdo con un titular de Ron Fournier en el National Journal, «Por qué me estoy cansando de defender el Obamacare.»

En 2009, Powers instó a la administración Obama a derogar el «Don’t ask, don’t tell», ya que «rechazar el servicio de personas como el teniente Daniel Choian, lingüista árabe -una especialidad enormemente escasa- que se desplegó en Irak y estaba dispuesto a volver a hacerlo» perjudicaba la seguridad nacional. Un año antes, había acusado al Partido Republicano de utilizar la homofobia en beneficio político.

Powers se opuso a la Doctrina de la Equidad y a una enmienda constitucional para prohibir la quema de banderas. También apoya la reforma integral de la inmigración y la concesión de la ciudadanía a los extranjeros ilegales, y está a favor del control de las armas. También apoya el cierre de la Bahía de Guantánamo y el traslado de sus prisioneros a prisiones federales.

En 2011, Powers criticó la falta de preocupación de los estadounidenses por la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto como «ingenuidad». Su preocupación se debía en parte a que su entonces marido, Marty Makary, era de origen copto.

Powers describió su política exterior ideal como una de compromiso limitado, en la que Estados Unidos se abstenía de intervenir en situaciones tenues que no podía controlar, o incluso comprender. Incluso llegó a afirmar que no es aislacionista. Powers fue crítica con la política exterior de Obama, llegando a decir a Bill O’Reilly: «Sí, debería haberla devuelto hace mucho tiempo, en realidad. Pero, ya sabes, por la guerra de los drones, por la escalada de la guerra en Afganistán, haciendo que toda esa gente muera innecesariamente, muchos civiles han muerto por su guerra de los drones, incluyendo niños». En otra entrevista declaró además: «Estoy muy decepcionada con Obama en su política exterior, y se agrava con la forma en que los demócratas nacionales la han permitido, especialmente después de la forma en que se comportaron con Bush. Se trata más bien de demócratas institucionales, que se han unido en torno al asesinato de un ciudadano estadounidense, Anwar al-Awlaki, la guerra de los drones, la escalada de la guerra en Afganistán, que es un completo desastre, las libertades civiles… cosas que si las hiciera Bush, todo el mundo estaría histérico. Para mí ha demostrado que no son tan serios con los derechos humanos y los temas con los que se han alineado».

Powers ha escrito artículos de opinión en contra de los abortos tardíos electivos. Sin embargo, en mayo de 2019, expresó su arrepentimiento por haber escrito esos artículos. Aclaró que «los médicos, no el gobierno, deberían ayudar a las mujeres a decidir qué hacer en estas situaciones», como los embarazos que ponen en peligro la vida de la mujer. Añadió que le «importan todas las vidas, y eso incluye la de las mujeres que contemplan el aborto».

En febrero de 2019, Powers se disculpó públicamente por haber sido «demasiado crítica y condenatoria» en sus declaraciones en las redes sociales y en la prensa. Afirmó que, al criticar a otros por su mal comportamiento, no había reconocido adecuadamente «la humanidad de todos los involucrados». Afirmó que «la gente no debería ser tratada como algo desechable y desterrada a perpetuidad sin camino de restauración con la sociedad». También se disculpó por el tono de su libro de 2015 The Silencing: Cómo la izquierda está matando la libertad de expresión, escribiendo que era «demasiado despectivo con las preocupaciones reales de personas y grupos traumatizados que se sienten marginados e ignorados».