Instinto, aprendizaje y emociones de los animales

El comportamiento agonístico en los animales es en realidad otro nombre para el comportamiento agresivo. A menudo incluye amenazas o combates reales para resolver disputas entre animales individuales, ya sea sobre la comida, el apareamiento, el refugio o el territorio. Los animales muestran su agresividad a través del sonido (como gruñidos, ladridos, trompetas), la vista (cambiando la coloración o inflando las estructuras corporales) e incluso el olor. Pueden cambiar su forma de moverse, dónde se posan o la cantidad de esmalte dental que muestran. Por ejemplo, el bostezo de los mandriles macho no suele ser una expresión de aburrimiento, sino una oportunidad para mostrar sus bien afilados dientes caninos. O los golpes en el pecho de los gorilas forman parte de una exhibición de comportamiento agresivo que suele presentar un macho de espalda plateada contra otros que no lo son. La exhibición de golpes de pecho, acompañada de gritos y ladridos, también puede utilizarse para impresionar a las hembras. Además, en las agresiones rituales o simbólicas, el comportamiento suele evitar que cualquiera de los dos animales sufra un daño grave. Por ejemplo, cuando un perro muestra su agresividad enseñando los dientes, gruñendo y con los pelos del lomo erizados, no son más que formas de hacer que el perro parezca «más grande» y más amenazador. La mayoría de los perros que se encuentran con ese comportamiento se vuelven con el rabo entre las piernas, huyen y, por lo general, no vuelven a acercarse al otro perro.