Hipersexualidad, adicción al sexo y TDAH

Las personas con TDAH buscan la novedad y la estimulación. La primera es una respuesta al aburrimiento fácil. La segunda es una respuesta a la necesidad de movilizar neurotransmisores que hacen que uno se sienta tranquilo y bien.

Los medicamentos que tratan el TDAH movilizan principalmente dopamina y noradrenalina. La dopamina es la principal sustancia del cerebro para sentirse bien. Su liberación en el núcleo accumbens es intensamente placentera.

La noradrenalina también ayuda a sentirse bien y tiene efectos importantes sobre la hiperactividad. En combinación, uno se vuelve menos inquieto, intranquilo y ansioso y se siente bien, tranquilo, feliz o meloso.

Los niños con TDAH se muerden con frecuencia las uñas, tienen algo en la boca, juguetean con las cosas. Las partes del cuerpo más inervadas son la boca, los labios, la lengua, los dedos y los genitales. De ahí que los adolescentes y adultos con TDAH suelan masturbarse mucho. La estimulación es extraordinariamente calmante para ellos y el clímax libera un torrente de dopamina en el centro del placer del cerebro. La promiscuidad, la hipersexualidad y la «adicción al sexo» a menudo sobrevienen.

Estos son corolarios fisiológicos de la estimulación buscada externamente para liberar la dopamina y la noradrenalina necesarias. La cocaína, la metanfetamina y el speed son comunes. La nicotina libera una oleada de dopamina a los ocho segundos de una calada. En el otro extremo, la marihuana y el alcohol se utilizan para calmar la ansiedad y tratar el trastorno del sueño intrínseco del TDAH.

Una farmacoterapia adecuada para estabilizar estas vías neuroquímicas ayuda a prevenir una gran cantidad de adicciones y a que los pacientes funcionen dentro de un rango normal a lo largo de la vida. Y muchas relaciones se salvan como resultado.