Exponerse: La importancia de ser transparente
On noviembre 6, 2021 by adminLa transparencia siempre ha sido un componente crítico del liderazgo. Cuando uno es transparente, invita a la confianza al revelar que no tiene nada que ocultar. Te estableces como una persona honesta y creíble a los ojos de los demás.
La perspectiva de ser abierto y vulnerable puede ponerte nervioso, pero la revolución digital ha convertido la transparencia en una cuestión de supervivencia. Vivimos en una época en la que todo el mundo exige tener acceso a la vida privada de los demás. Con Enron, Tyco y el sentimiento anticorporativo de Occupy todavía en la memoria reciente, el público ve la opacidad como corrupción. Si no eres auténtico, lo arriesgas todo.
Por ello, se habla mucho de la transparencia en el liderazgo. Sin embargo, como suele ocurrir, la palabrería ha diluido el significado. Un líder transparente no es alguien que se entrega a la cultura de compartir en exceso, vomitando cada detalle íntimo de su día en las redes sociales. La transparencia es estratégica, dirigida y con un propósito.
Toma a Pat Flynn, por ejemplo. Pat es un empresario que ayuda a miles de personas a descubrir nuevas oportunidades para generar ingresos en línea. Si la idea de ganar dinero en línea provoca escepticismo, bien. La frase «ganar dinero en línea» es el eslogan de una industria sórdida llena de esquemas piramidales y estafadores.
Pat, sin embargo, es diferente. ¿Cómo lo sé? Porque cada mes, Pat publica estados de ingresos de sus propios negocios en línea, así como las lecciones que ha aprendido. Al hacerlo, revela algo notablemente personal: los detalles de su propia situación financiera y, a menudo, también los errores que ha cometido.
Sin embargo, no es necesario que compartas tus extractos bancarios con el mundo para ser un líder transparente. He aquí otras formas de incorporar la transparencia a la estrategia empresarial de su compañía:
1. Comparta los KPI financieros con su equipo.
Los KPI son una prueba de fuego para la salud y el crecimiento de su empresa. Al compartirlos con sus empleados, les está invitando a relacionar su propio rendimiento con el de la empresa. Esta conexión reforzará su inversión personal y su propiedad en la marca.
Si es una empresa pública, puede haber restricciones en cuanto a la información que puede compartir. Aun así, siempre puede crear objetivos cuantitativos personalizados para su departamento y distribuirlos internamente.
2. Sea honesto sobre el rendimiento de los empleados.
Cultivar un entorno de transparencia depende de su capacidad para ser honesto. Si un empleado está rindiendo por debajo de sus posibilidades, no conseguirá nada andándose con rodeos. Enmarque los comentarios como una crítica constructiva -no como una maliciosa murmuración- y le dará al empleado la orientación y el apoyo que necesita para mejorar. Hágalo con regularidad y fomentará una cultura en la que se aprecia el feedback, no se le teme.
3. Alinee las expectativas de los clientes con la realidad.
Una de las formas más rápidas de hundir su empresa es prometer algo que no puede cumplir. Asuma siempre que sus clientes van a compartir sus experiencias con el mundo. Alinee sus expectativas antes de que se comprometan con su producto o servicio. Si al final encaja bien, un cliente puede recompensar su transparencia convirtiéndose en un defensor de la marca.
Creatividad en la transparencia
Tenemos una reunión mensual en la que compartimos los KPI y las finanzas con el personal. Hacemos todo lo posible para fomentar una cultura de retroalimentación abierta; como líderes, animamos a nuestros empleados a preguntarnos cualquier cosa para que nunca tengan que adivinar lo que estamos pensando. Y como hemos construido nuestras relaciones con los clientes sobre una base de confianza mutua, nuestros clientes saben que no les ocultamos nada.
A nivel personal, intento ser lo más transparente posible. Esto significa no esconder los errores que cometo bajo la alfombra. También significa compartir las cosas en las que estoy trabajando con mi equipo y con el público.
Pero a pesar de toda esta charla sobre la transparencia como una virtud elevada, uno puede divertirse manteniendo las cosas reales. Por eso tenemos un «tarro de los idiotas» en la oficina: cada vez que alguien dice una tontería o algo inapropiado, le llamamos la atención y esa persona tiene que echar un dólar en el tarro. Al final del mes, el tarro se destina a una hora feliz del equipo.
En una línea similar, acabo de publicar un artículo en el que divulgo que he jugado con un programa de tutoría empresarial para acercarme a mi futura esposa. Aunque resulte un poco espeluznante, creo que mi confesión transparente me humanizó a los ojos de mis lectores.
Sí, tienes la obligación de incorporar la transparencia a tu liderazgo. Pero un enfoque creativo puede transformar la obligación de algo serio en algo divertido. Y cuando es divertido, la transparencia se convierte en algo natural.
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