Entrenamiento
On octubre 1, 2021 by adminSeguro que has visto fotos y vídeos de atletas haciendo muecas en un baño de hielo después de una dura sesión de entrenamiento o una carrera, pero ¿es realmente beneficioso? ¿Y es adecuado para usted? Analizamos si es mejor tomar una ducha caliente o fría después del ejercicio.
Hay muchos beneficios de aplicar agua fría o hielo al cuerpo después de haber experimentado estrés y tensión, como después de un entrenamiento o una carrera. El frío hace que los vasos sanguíneos se contraigan, lo que evita la hinchazón y los hematomas. También adormece las terminaciones nerviosas, lo que proporciona un alivio instantáneo del dolor. Por eso usamos bolsas de hielo cuando nos lesionamos.
El ejercicio inflama el cuerpo y la inflamación nunca es buena. El agua fría actúa como antiinflamatorio y puede ayudarle a recuperarse más rápidamente después de un entrenamiento. Una ducha muy fría o un baño de hielo también podría reducir el DOMS (dolor muscular) que se experimenta después de un entrenamiento, ya que acelera el proceso de recuperación y ayuda a los músculos a repararse.
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¿Por qué los atletas utilizan los baños de hielo?
Los estudios han demostrado que sumergirse en un baño de hielo reduce la inflamación e hinchazón que se experimenta después del ejercicio. Cuando se entrena, los músculos desarrollan microdesgarros que son los que los estimulan a repararse y fortalecerse. La exposición a un frío extremo como el de un baño de hielo puede ayudar a reparar estos desgarros y acelerar el proceso de recuperación.
Hay muchos atletas en todo el mundo que utilizan los baños de hielo después de un partido o entrenamiento. Incluso se sabe que la heptatleta de GB Jessica Ennis-Hill se mete en un cubo de basura lleno de hielo para ayudar a sus piernas a recuperarse.
Beneficios de una ducha caliente después del ejercicio
Algunos gimnasios más premium ofrecen salas de vapor, saunas y bañeras de hidromasaje para después del entrenamiento. Aunque pueda parecer que esto es sólo para relajarse, podría tener algún beneficio. Mientras que la exposición al frío reduce el flujo sanguíneo y contrae los vasos sanguíneos, la exposición al calor hace lo contrario. Así que pasar unos 20 minutos en una sauna después del entrenamiento aumentará el flujo sanguíneo a los músculos. Esto puede ayudar a dispersar el ácido láctico acumulado y liberarlo de los músculos. Además, el agua caliente y el vapor relajan los músculos y alivian la tensión corporal, lo que puede ser perfecto para relajarse después de un entrenamiento intenso.
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