Encontrar la esperanza
On octubre 11, 2021 by adminEn 1965 Martin Seligman «descubrió» la indefensión aprendida. Descubrió que cuando los animales son sometidos a situaciones difíciles que no pueden controlar, dejan de intentar escapar. Se vuelven pasivos.
A los seres humanos les ocurre lo mismo. Si experimenta derrotas devastadoras, una situación persistente que no puede cambiar, o un acontecimiento aterrador al que no pudo controlar su exposición, entonces es posible que haya perdido la esperanza de su capacidad para cambiar su vida o para cambiar las situaciones dolorosas. A veces, un trastorno del estado de ánimo en curso puede conducir a sentimientos de desesperanza.
La apatía o la desesperanza pueden resultar desconcertantes para quienes le rodean. Por qué no intentarías conseguir un trabajo, hacer amigos, comer más sano o dejar a alguien que te maltrata? Cuando no tienes esperanza, ves cualquier esfuerzo por cambiar tu vida como algo inútil. Puede que te culpes a ti mismo. Puede decir que no puede manejar la vida, que no puede hacer amigos y que no puede conseguir un trabajo. Acepta que todo lo que sucede está fuera de su control. Puede empezar a desesperarse.
Cuando no tienes esperanza, no tienes energía ni motivación para la terapia ni para ningún esfuerzo por cambiar tu situación. ¿De qué sirve salir al encuentro de la gente? Estás seguro de que te van a rechazar. Para qué molestarse en hacer ejercicio, limpiar la casa o hacer voluntariado: no servirá de nada. Sabes que siempre estarás solo, deprimido, ansioso, desempleado o atascado en la misma situación que te hace sentir miserable. No quieres arriesgarte a sufrir más decepciones ni siquiera intentándolo.
Desgraciadamente, esta dolorosa desesperación y resignación establecen una profecía autocumplida. Si no tienes ninguna esperanza, no crees en la terapia ni en que ninguna acción que realices vaya a cambiar nada, entonces ese puede ser el resultado. El cambio es muy difícil, tiene múltiples altibajos y requiere motivación y compromiso.
Hay muchas maneras de encontrar la esperanza. Puede que tú tengas tu propio camino. Me encantaría escuchar lo que ha funcionado para ti o para algún ser querido.
1. Encontrar un camino claro. Ser capaz de ver cómo los pasos que estás dando te llevarán al cambio deseado es fundamental para tener esperanza. Si no ve lógicamente cómo lo que está haciendo puede tener un resultado positivo, es probable que llevar a cabo el plan sea difícil. Escriba cada paso que debe dar para llegar a donde quiere. Si otra persona está trabajando con usted, pídale que le explique cómo los pasos conducen a los resultados que usted desea.
2. Busque modelos de conducta que hayan encontrado soluciones. Hay muchísimas personas que han superado tremendas adversidades. Leer sus historias y rodearte de mensajes y personas que te apoyen puede ayudarte a crear esperanza.
Un recurso es el Proyecto Hope Exchange. Parte de este proyecto es una página en su sitio web donde la gente registra sus experiencias de superación de la adversidad, y hay una sección especial para los desafíos de la salud mental y los desafíos de la vida.
3. Haz lo que sabes que puedes hacer. Cuando estés desesperado, dar un paso que se salga de tu rutina puede ayudarte a romper la sensación de impotencia que tienes. Haga la cama. Prepara la cena. Habla con un amigo. Da un paso que sepas que puedes hacer y esa acción puede marcar la diferencia con el tiempo. Sigue haciéndolo y luego intenta añadir más acciones. Superar la inercia de la impotencia puede ayudarte a construir la esperanza.
4. Realiza un acto de bondad. Realizar actos de bondad puede tener un efecto dramático en tu estado de ánimo y en tu perspectiva. La amabilidad provoca la liberación de serotonina, por lo que tiene un efecto antidepresivo. También calma el estrés y ayuda a reducir el dolor.
Los pequeños actos de bondad que realices repetidamente pueden ayudarte a sentirte más conectado y a tener un mayor sentido de contribución. Observa que hacer actos de bondad repetidamente es importante. Realiza actos de bondad a diario. Incluso ver a otros realizar actos de bondad puede tener un efecto positivo.
Tal vez quieras ver esta charla TED sobre la magia de la bondad.
También puedes visitar Lifevestinside.com para obtener más información. El movimiento Pay it Forward es un concepto similar.
Observa tus juicios, los pensamientos que pasan por tu cabeza afirmando que nada te servirá o que realizar actos de bondad es una idea inútil. Deja que esos pensamientos pasen y no controlen tu comportamiento. Tu falta de esperanza puede llevarte a pensar que esas ideas no te ayudarán.
Parte de la bondad es dejar de juzgarte a ti mismo y ser también amable contigo. Cómo tratarías a otra persona que estuviera en tu situación? Practica pensar en ti mismo con compasión.
5. Recurre a tu fe. Tu fe puede ser un fuerte aliado para mantener la esperanza. A veces tu fe te ofrece el apoyo de no estar solo y de confiar en que un poder superior está contigo. Si te cuestionas tus creencias, habla con alguien de tu fe a quien respetes. Otros se han enfrentado a momentos difíciles, y lo entenderán. Expresar tus dudas es un paso hacia la resolución de tu confusión y también un paso hacia la esperanza.
6. Practica la atención plena mientras realizas actos de bondad y en tu vida cotidiana. Tus pensamientos pueden divagar de forma natural hacia el pasado y centrarse en eventos que no funcionaron o en otras situaciones que fueron dolorosas. Eso suele aumentar tu depresión y desesperanza. Cuando estás deprimido, te cuesta ver cualquier acontecimiento positivo o recordar que alguna vez fuiste feliz.
Cuando centras tu atención en el aquí y el ahora, puedes encontrar más paz y menos estrés. Hay muchos sitios web que ofrecen ejercicios gratuitos de atención plena, como éste.
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