El valor de la democracia
On octubre 30, 2021 by admin¿Por qué debe gobernar «el pueblo»? ¿Es la democracia realmente superior a cualquier otra forma de gobierno? Aunque una exploración completa de esta cuestión va más allá del alcance de este artículo (véase filosofía política), la historia -especialmente la del siglo XX- demuestra que la democracia posee de forma única una serie de características que la mayoría de las personas, sean cuales sean sus creencias políticas básicas, considerarían deseables: (1) la democracia ayuda a evitar el gobierno de autócratas crueles y despiadados; (2) las democracias representativas modernas no libran guerras entre sí; (3) los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que los países con gobiernos no democráticos; y (4) la democracia tiende a fomentar el desarrollo humano -medido por la salud, la educación, los ingresos personales y otros indicadores- más plenamente que otras formas de gobierno. La mayoría de las personas también considerarían deseables otras características de la democracia, aunque algunas las considerarían menos importantes que las características 1 a 4 anteriores: (5) la democracia ayuda a las personas a proteger sus intereses fundamentales; (6) la democracia garantiza a sus ciudadanos derechos fundamentales que los sistemas no democráticos no conceden ni pueden conceder; y (7) la democracia garantiza a sus ciudadanos una gama más amplia de libertades personales que otras formas de gobierno. Por último, hay algunas características de la democracia que algunas personas -los críticos de la democracia- no considerarían deseables en absoluto, aunque la mayoría de la gente, tras reflexionar, las consideraría al menos valiosas: (8) sólo la democracia proporciona a las personas la máxima oportunidad de vivir bajo las leyes de su propia elección; (9) sólo la democracia proporciona a las personas la máxima oportunidad de asumir la responsabilidad moral de sus elecciones y decisiones sobre las políticas gubernamentales; y (10) sólo en una democracia puede haber un nivel relativamente alto de igualdad política.
A pesar de estas ventajas, ha habido críticos de la democracia desde la antigüedad. Quizás la más duradera de sus acusaciones es que la mayoría de las personas son incapaces de participar en el gobierno de forma significativa o competente porque carecen del conocimiento, la inteligencia, la sabiduría, la experiencia o el carácter necesarios. Así, Platón, como se ha señalado anteriormente, argumentó que el mejor gobierno sería una aristocracia de «reyes-filósofos» cuya rigurosa formación intelectual y moral los haría especialmente cualificados para gobernar. La opinión de que el pueblo en su conjunto es incapaz de gobernarse a sí mismo ha sido defendida no sólo por reyes y gobernantes aristocráticos, sino también por teóricos de la política (entre los que destaca Platón), líderes religiosos y otras autoridades. Esta opinión prevaleció de una forma u otra en todo el mundo durante la mayor parte de la historia registrada hasta principios del siglo XX, y desde entonces ha sido invocada con mayor frecuencia por los opositores a la democracia en Europa y en otros lugares para justificar diversas formas de dictadura y de gobierno unipartidista.
No hay duda de que habrá críticos de la democracia mientras existan gobiernos democráticos. El alcance de su éxito a la hora de ganar adeptos y promover la creación de regímenes no democráticos dependerá de lo bien que los gobiernos democráticos afronten los nuevos retos y crisis que con toda seguridad se producirán.
Deja una respuesta