Efecto yo-yo

Este tipo de dieta se asocia a la privación extrema de alimentos como sustituto de las técnicas de dieta y ejercicio saludables. Como resultado, la persona que hace la dieta puede experimentar una pérdida tanto de músculo como de grasa corporal durante la fase inicial de pérdida de peso (el ejercicio con pesas es necesario para mantener el músculo). Una vez finalizada la dieta, es probable que la persona que hace la dieta experimente la respuesta de hambre del cuerpo, lo que lleva a un rápido aumento de peso sólo de grasa. Se trata de un ciclo que modifica la relación grasa-músculo del cuerpo, uno de los factores más importantes para la salud. Un informe de la Asociación Americana de Psicología revisó treinta y un estudios sobre dietas y descubrió que, tras dos años de dieta, hasta un tercio de las personas que hacían dieta pesaban más de lo que pesaban antes de empezarla, otro tercio recuperaba el peso perdido y el último tercio mantenía el peso perdido Un estudio realizado en ratas demostró que las que se sometían a dietas yo-yo eran más eficaces para ganar peso. Sin embargo, la investigación recopilada por Atkinson et al. (1994) demostró que «no hay efectos adversos de los ciclos de peso en la composición corporal, la tasa metabólica en reposo, la distribución de la grasa corporal o el éxito de la pérdida de peso en el futuro», y que no hay pruebas suficientes que demuestren que los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares dependan directamente de los patrones de dietas cíclicas.Una revisión más reciente concluyó que «…las pruebas de un efecto adverso de los ciclos de peso parecen escasas, si es que existen».

Dado que «no hay una definición única de los ciclos de peso que pueda respaldarse», es casi imposible que las investigaciones saquen conclusiones específicas sobre los efectos reales de las dietas cíclicas, hasta que se definan más definitivamente.