Dorian Gray (personaje)

El argumento de la novela varía según las versiones publicadas. El resumen que sigue se refiere a la versión más larga, la novela de 1891. Sin embargo, algunos episodios describen en particular el encuentro de Dorian con James Vane (y su posterior asesinato). Esto no aparece en la versión originalmente presentada por Wilde para su publicación.

El retrato de Dorian Gray comienza en un día de verano en la Inglaterra victoriana, donde Lord Henry Wotton, un hombre obstinado, está observando al sensible artista Basil Hallward pintando un retrato de Dorian Gray, un joven apuesto, que es la última musa de Basil. Mientras posa para el cuadro, Dorian escucha a Lord Henry exponer su visión hedonista del mundo y empieza a pensar que la búsqueda del placer es lo único que merece la pena en la vida. Esto hace que Dorian desee que su imagen pintada envejezca en lugar de él mismo.

Bajo la influencia hedonista de Lord Henry, Dorian explora plenamente su sensualidad. Descubre a la actriz Sibyl Vane, que representa a Shakespeare en un sucio teatro de clase trabajadora. Dorian se acerca a ella, la corteja y pronto le propone matrimonio. La enamorada Sibyl le llama «Príncipe Azul» y se desmaya de euforia ante la perspectiva del amor verdadero. Sin embargo, su protector hermano James le advierte que si el «Príncipe Azul» le hace daño, lo asesinará.

Dorian invita a Basil y a Lord Henry a ver la actuación de Sibyl, pero ella está demasiado enamorada de Dorian para actuar y lo hace mal. Esto hace que tanto Basil como Lord Henry piensen que Dorian se ha enamorado de Sibyl por su belleza en lugar de por su talento como actriz. Avergonzado, Dorian rechaza a Sibyl, diciéndole que la actuación era su belleza y que, sin ella, ya no le interesa. Al regresar a su casa, Dorian se da cuenta de que el retrato ha cambiado; su deseo se ha hecho realidad, y el hombre del retrato lleva una sutil mueca de crueldad.

Afectado por la conciencia y la soledad, Dorian resuelve reconciliarse con Sibyl, pero llega demasiado tarde, ya que Lord Henry le informa de que Sibyl se ha suicidado ingiriendo ácido prúsico. Dorian comprende entonces que, hacia donde se dirige su vida, la lujuria y la buena apariencia le servirán. Encierra el retrato y, durante los dieciocho años siguientes, experimenta con todos los vicios posibles, influenciado por una novela francesa moralmente venenosa que le regaló Lord Henry Wotton. La narración no revela el título de la novela francesa, pero, en el juicio, Wilde dijo que la novela a la que se refería Dorian Gray era À rebours (Contra la naturaleza, 1884), de Joris-Karl Huysmans, pero luego negó que el libro fuera al que se refería.

Una noche, antes de partir hacia París, Basil visita la casa de Dorian para preguntarle sobre varios rumores relativos a su vulgar autoindulgencia. Dorian no niega su libertinaje y lleva a Basil a ver el retrato. El retrato se ha vuelto tan horrible que Basil sólo es capaz de identificarlo como obra suya por la firma que pone en todos sus retratos. Basil se horroriza y le ruega a Dorian que rece por su salvación. Enfadado, Dorian culpa de su destino a Basil y lo apuñala hasta la muerte. A continuación, Dorian chantajea tranquilamente a un viejo amigo, el científico Alan Campbell, para que utilice sus conocimientos de química para destruir el cuerpo. Más tarde, Alan se quita la vida como resultado de la vergonzosa colaboración.

Para escapar de la culpa de su crimen, Dorian acude a un fumadero de opio, donde James Vane está presente sin saberlo. James había estado buscando venganza contra Dorian desde que Sibyl se suicidó, pero no tenía ninguna pista que seguir; lo único que sabía de Dorian era el nombre con el que Sibyl lo llamaba, «Príncipe Azul». Sin embargo, en el fumadero de opio, oye que alguien se refiere a Dorian como «Príncipe Azul», y aborda a Dorian. Dorian engaña a James haciéndole creer que es demasiado joven para haber conocido a Sibyl, que se suicidó dieciocho años antes, ya que su rostro sigue siendo el de un hombre joven. James cede y libera a Dorian, pero entonces se le acerca una mujer del fumadero de opio que le reprocha a James que no lo haya matado. Ella confirma que el hombre era Dorian Gray y le explica que no ha envejecido en dieciocho años. James corre tras Dorian, pero éste se ha marchado.

James comienza entonces a acechar a Dorian, haciéndole temer por su vida. Sin embargo, durante una partida de tiro, uno de sus miembros mata accidentalmente a James Vane, que estaba al acecho en un matorral. Al regresar a Londres, Dorian le dice a Lord Henry que a partir de entonces vivirá con rectitud. Su nueva probidad comienza con la resolución de no romper el corazón de la ingenua Hetty Merton, su actual interés romántico. Dorian se pregunta si su nueva bondad ha revertido la corrupción del cuadro, pero cuando mira, sólo ve una imagen aún más fea de sí mismo. A partir de ahí, Dorian comprende que sus verdaderos motivos para reformarse moralmente eran, de hecho, inmorales, debido a que no eran más que un medio para conseguir un fin egoísta.

Decidiendo que sólo una confesión completa le absolverá de sus fechorías, Dorian decide destruir la única prueba que queda de sus crímenes: el cuadro. Enfurecido, toma el cuchillo con el que asesinó a Basil y apuñala el cuadro. Los criados de la casa se despiertan al oír un grito en la habitación cerrada; en la calle, un transeúnte que también ha oído el grito llama a la policía. Al entrar en la habitación cerrada, los criados encuentran a un anciano desconocido, apuñalado en el corazón, con el rostro y la figura marchitos y decrépitos. Los criados identifican el cadáver desfigurado como Dorian por los anillos que lleva en los dedos; junto a él está el cuadro de Dorian Gray, restaurado a su belleza original.