Desafío neurocientífico
On noviembre 12, 2021 by adminAlgunas condiciones psicológicas reciben una cantidad desproporcionada de atención en los medios de comunicación populares en relación con la frecuencia con la que realmente se producen en la población. Una de ellas es la psicopatía, un trastorno de la personalidad que se caracteriza por un comportamiento antisocial, impulsividad y falta de empatía. Los psicópatas pueden ser encantadores en la superficie, pero tienden al engaño patológico y a la manipulación indiferente de otras personas. Y son más propensos a tener problemas de comportamiento o a estar involucrados en conductas delictivas.
Esta descripción retrata al psicópata como un parásito de la sociedad, dejando poco papel en una comunidad para tal individuo que no sea como parte del sistema de justicia penal. Esta resulta ser la realidad para muchos psicópatas, que se estima que constituyen sólo el 1% de la población general, pero entre el 15-25% de la población encarcelada. Pero, como se supone que nuestro sistema de justicia penal está diseñado para rehabilitar a los delincuentes, hay una pregunta importante en relación con los psicópatas que aún no tiene respuesta: ¿se puede tratar la psicopatía? No hay una respuesta clara a esta pregunta, y se puede encontrar una diferencia de opiniones incluso entre los expertos.
Neurociencia de la psicopatía
Un argumento que a veces se utiliza en apoyo de la idea de que los psicópatas no son realmente capaces de ser tratados es que los estudios han encontrado anomalías cerebrales en los psicópatas que podrían estar asociadas con su comportamiento desviado. Sin embargo, este argumento pierde validez si tenemos en cuenta que hay aberraciones neurobiológicas que pueden detectarse en los cerebros de quienes padecen cualquier trastorno. El hecho de que existan aspectos neurobiológicos predisponentes de un trastorno no significa que éste sea intratable; si éste fuera el caso, la lista de trastornos psicológicos que podríamos tratar estaría posiblemente vacía.
Los estudios con psicópatas han identificado una serie de características neurobiológicas que podrían estar relacionadas con el trastorno. Por ejemplo, se han observado anomalías en el funcionamiento del sistema límbico en los psicópatas. El córtex cingulado anterior, que forma parte de una red que se activa cuando observamos que otras personas experimentan dolor, es un área límbica que ha sido implicada. En los psicópatas, la activación del cíngulo anterior cuando ven a otros sufriendo dolor está amortiguada. Se ha interpretado que esto es en parte responsable de la reducida capacidad de empatía del psicópata. Otras estructuras límbicas que, según la hipótesis, desempeñan un papel en la psicopatía son la amígdala, el hipocampo y el estriado.
También hay anomalías estructurales en los cerebros de los psicópatas. Por ejemplo, los estudios han descubierto que los psicópatas tienen un cuerpo calloso más grande, hipocampos asimétricos y amígdalas deformadas. El significado de estas diferencias estructurales, sin embargo, aún no está muy claro.
Eficacia de la rehabilitación en psicópatas
Sin embargo, como se ha indicado, el hecho de que el comportamiento se base en la neurobiología no significa que sea inmutable. Si ese fuera el caso, también podríamos renunciar a intentar cambiar algo de nosotros mismos. Una pregunta más importante es si la investigación sugiere que el comportamiento psicopático se reduce con la rehabilitación.
Desgraciadamente, no hay una respuesta directa a esa pregunta. Algunos informan de que el tratamiento puede ser beneficioso. Por ejemplo, los estudios de Caldwell et al. (2006) y Skeem et al. (2002) encontraron mejoras en los psicópatas con el tratamiento (medido por la probabilidad de reincidencia). Sin embargo, otros estudios han obtenido resultados menos optimistas, que van desde una escasa mejora de la psicopatía con el tratamiento hasta un tratamiento que parece exacerbar el comportamiento psicopático. Todos los estudios sobre el tratamiento de la psicopatía tienen limitaciones, sin embargo, y no hay un experimento bien controlado que podamos señalar y sentirnos seguros de que nos dice si la psicopatía es tratable.
Influencia en la sentencia
Una de las razones por las que es importante saber si los psicópatas pueden ser rehabilitados es que esta información probablemente tendría una influencia significativa en la sentencia, las audiencias de libertad condicional, etc. Un estudio publicado hace unos años descubrió que el simple hecho de dar a un juez información sobre la biología de la psicopatía podía conducir a una reducción de la condena de un psicópata diagnosticado (en comparación con un juez que no recibiera esa información), aunque la información no indicara que la psicopatía fuera tratable (de hecho, implicaba lo contrario). Sin embargo, con o sin información sobre la biología asociada, un diagnóstico de psicopatía puede seguir añadiendo años a una sentencia, ya que es más probable que los jueces consideren que el convicto es un peligro continuo para la sociedad.
Con algunos datos fiables sobre el tratamiento a los que apuntar, podríamos ser capaces de proporcionar apoyo probatorio para esas sentencias extendidas o justificación para reducirlas si se proporcionara un tratamiento adecuado (dependiendo de lo que indicaran los datos). Sin embargo, en este momento, los datos que tenemos sobre la rehabilitación de la psicopatía son algo confusos, con algunos estudios que indican que es posible y otros que sugieren que el tratamiento podría empeorar las cosas. Hasta que tengamos una respuesta más definitiva, deberíamos dudar a la hora de asumir que la psicopatía es intratable; al mismo tiempo, deberíamos explorar experimentos controlados que nos permitan obtener una mejor comprensión de la respuesta del psicópata a la rehabilitación.
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