¿Cuál es el componente más importante de la presión arterial: la presión sistólica, la diastólica o la del pulso?

Objetivo de la revisión: La presión arterial diastólica se ha considerado tradicionalmente el componente más importante de la presión arterial y el objetivo principal del tratamiento antihipertensivo. Sin embargo, hace más de 30 años importantes estudios epidemiológicos señalaron la importancia de la presión arterial sistólica, y las investigaciones realizadas durante la década de 1990 han reforzado esta opinión. A diferencia de la presión arterial diastólica, la presión arterial sistólica aumenta progresivamente con la edad, y en las sociedades que envejecen la presión sistólica elevada es la forma más común de hipertensión. Los cambios característicos de la presión arterial sistólica y diastólica con la edad conducen al aumento de la presión del pulso (sistólica menos diastólica), que ha surgido como un nuevo factor de riesgo potencialmente independiente. En esta revisión se compara la importancia relativa de varios componentes de la presión arterial.

Hallazgos recientes: En general, en los estudios en los que se han comparado las lecturas de la presión arterial sistólica y diastólica, la presión arterial sistólica ha sido un mejor predictor del riesgo. Además, la hipertensión sistólica aislada predice mejor el riesgo que la hipertensión diastólica aislada, y el tratamiento tanto de la hipertensión sistólica aislada como de la hipertensión combinada ha reducido los eventos cardiovasculares. No existen estudios sobre el tratamiento de la hipertensión diastólica aislada. La presión del pulso refleja la rigidez de las grandes arterias y se asocia a varios factores de riesgo cardiovascular. La presión de pulso también predice eventos en estudios epidemiológicos, pero la elucidación de un papel independiente se ve obstaculizada por la estrecha correlación entre la presión de pulso y la presión arterial sistólica.

Resumen: Los estudios epidemiológicos y de tratamiento sugieren que la presión arterial sistólica debe ser el objetivo principal del tratamiento antihipertensivo, aunque la consideración de la presión sistólica y diastólica conjuntamente mejora la predicción del riesgo. La mayor preocupación práctica en este momento es el infratratamiento de la hipertensión, especialmente la sistólica, y el riesgo cardiovascular total.