Consejero de la Casa Blanca

Aunque el consejero de la Casa Blanca ofrece asesoramiento jurídico al presidente y al vicepresidente, el consejero lo hace en calidad oficial del presidente y del vicepresidente, y no actúa como abogado personal del presidente. Por lo tanto, ha surgido una controversia sobre el alcance del privilegio abogado-cliente entre el consejero y el presidente y el vicepresidente, concretamente con John Dean, de la notoriedad del Watergate. Sin embargo, está claro que el privilegio no se aplica en asuntos estrictamente personales. Tampoco se aplica a los procedimientos legislativos del Congreso de EE.UU. contra el presidente debido a acusaciones de mala conducta durante su mandato, como censuras formales o procedimientos de impugnación. En esas situaciones, el presidente recurre a un abogado personal si desea asesoramiento jurídico confidencial. El cargo también es distinto del poder judicial, y de otros que no son nombrados para el cargo, sino que son propuestos por el presidente y confirmados por el Senado. Se trata, sobre todo, del fiscal general de los Estados Unidos, su adjunto principal y otros asistentes, que son nombrados por el presidente para supervisar el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, o del procurador general de los Estados Unidos y su personal (es el tercer funcionario del Departamento de Justicia), que defienden los casos ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos (y en los tribunales federales inferiores) en nombre del Departamento de Justicia cuando éste es parte en el caso.