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On noviembre 7, 2021 by adminEl páncreas es una glándula situada detrás del estómago y cerca de la primera parte del intestino delgado. Produce jugos digestivos, amilasa, que se segregan en el intestino delgado y libera hormonas, insulina y glucagón, en el torrente sanguíneo. La pancreatitis aguda se refiere a una inflamación repentina del páncreas. Se produce cuando los jugos digestivos se activan en el interior del páncreas, provocando hinchazón, hemorragia y daños en el páncreas y sus vasos sanguíneos. Se trata de una afección grave que puede acarrear problemas posteriores. Los síntomas más comunes son dolor intenso en la parte superior del abdomen, náuseas y vómitos. El tratamiento suele consistir en unos días de hospitalización con líquidos, antibióticos y medicamentos para aliviar el dolor, administrados por goteo.
Si hay dolor intenso, se suele utilizar al menos un tipo de analgésico (por ejemplo, paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos, opioides). Los opioides, como la morfina y sus derivados, se utilizan habitualmente, pero sin pruebas firmes de su eficacia y seguridad. Es posible que oculten la resolución de la enfermedad y que aumenten el dolor al provocar espasmos. El objetivo de esta revisión es aclarar el uso apropiado de los opioides para el dolor abdominal en la pancreatitis aguda.
Se realizaron búsquedas en varias bases de datos electrónicas hasta junio de 2013. Se incluyen cinco ensayos clínicos aleatorios (ECA), con un total de 227 participantes en esta revisión. Los opioides evaluados fueron la buprenorfina, la petidina, la pentazocina, el fentanilo y la morfina.
Para los participantes que necesitaban un alivio adicional del dolor, el análisis combinado de opioides (pentazocina y morfina) mostró un beneficio significativo en comparación con los tratamientos no opioides. Dos ensayos mostraron que la buprenorfina y la pentazocina fueron más eficaces que la procaína. Sin embargo, nuestra confianza en la estabilidad de estos efectos es baja, debido a las limitaciones en el número de estudios y participantes, y a la baja calidad de la forma en que se realizaron e informaron los ensayos. No se relacionó ningún acontecimiento adverso grave o potencialmente mortal con los fármacos estudiados. Se informó de una muerte, en un grupo de procaína, en todos los ensayos incluidos.
De acuerdo con las pruebas existentes hasta el momento, los opioides pueden ser una opción de tratamiento apropiada y podrían tener la ventaja de disminuir la necesidad de alivio adicional del dolor. No se encontraron diferencias claras en el riesgo de complicaciones de pancreatitis o eventos adversos graves entre los opioides y otros tratamientos de alivio del dolor. Sin embargo, los resultados de esta revisión están limitados por la falta de información que permita una evaluación completa del riesgo de sesgo, la medición de los resultados relevantes y el pequeño número de participantes cubiertos por los ensayos.
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