Cómo saber si tu hámster es feliz
On noviembre 22, 2021 by adminEl hámster de mi infancia, Hamlet, parecía bastante deprimido. No parecía disfrutar de su colorida jaula, completa con un túnel, una rueda y una rampa. Lo único que hacía con ganas era roer el plástico, tratando de escapar, lo que finalmente consiguió. Unos días más tarde, mi madre lo encontró tirado en el suelo del baño, muerto.
Desde entonces me he preguntado: ¿Era Hamlet un suicida? ¿O simplemente tenía un comportamiento normal de hámster? Ahora, un nuevo estudio sugiere un método científico para medir los estados emocionales de los hámsteres.
Las emociones de los hámsteres no sólo desconciertan a los dueños de las mascotas, sino también a los científicos que utilizan a los peludos como sujetos en sus experimentos. Una de las cosas más frustrantes de intentar estudiar las emociones de los animales en general es que no se pueden tomar los comportamientos al pie de la letra. Si un hámster corre enloquecido en su rueda toda la noche, por ejemplo, ¿cómo saber si corre por alegría o por aburrimiento? (O simplemente porque sí.)
Para evitar ese problema, los investigadores decidieron medir algo llamado sesgo de juicio, es decir, la forma en que el estado de ánimo afecta al comportamiento y a la toma de decisiones. Como seres humanos, nuestras decisiones están influenciadas por nuestras emociones todo el tiempo, como por ejemplo comer por estrés o comprar por venganza. Se han encontrado sesgos similares en primates, ratas, ratones y muchos otros animales, pero nunca antes en hámsters.
En el experimento, los investigadores dividieron 30 hámsters sirios en dos grupos. Un grupo vivía a lo grande, en jaulas adornadas con juguetes adicionales, rampas, ropa de cama y hamacas. El segundo grupo tenía el mínimo en la hospitalidad del hámster, con algo de ropa de cama ligera y una rueda.
Para ver si vivir en entornos tan diferentes afectaría a los estados emocionales de los roedores y, en consecuencia, a su toma de decisiones, los investigadores administraron una prueba sencilla. Anteriormente, todos los animales habían sido entrenados para asociar los bebederos de plástico situados en el lado izquierdo de una arena de un metro de largo con agua amarga con quinina, y los bebederos del lado derecho con agua azucarada, una deliciosa golosina. En la nueva prueba, los investigadores colocaron los bebederos en lugares intermedios entre ambos, y luego midieron la frecuencia con la que los hámsters se acercaban a ellos.
Los hámsters que vivían en el regazo del lujo eran aproximadamente un 12% más propensos a acercarse a los bebederos en lugares ambiguos -incluso a los que estaban cerca del bebedero amargo- que los que vivían en jaulas más austeras, informan hoy los investigadores en Royal Society Open Science. Cuando los científicos cambiaron las jaulas de los hámsters, su comportamiento también cambió. Los investigadores afirman que es posible medir objetivamente tanto los cambios positivos como los negativos en el comportamiento de los animales.
Nunca sabremos lo que sienten realmente estas enigmáticas bolas de pelusa: no tenemos cerebros de hámster. Pero una mejor comprensión de la vida emocional de los hámsters debería ayudar a que la investigación y el cuidado de las mascotas sean más humanos, dicen.
Puede que sea demasiado tarde para Hamlet, pero hay esperanza para todos los demás hámsters que hay por ahí.
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