Cómo hacer eructar a un bebé

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Es una parte tradicional de la alimentación de un nuevo bebé: El bebé suelta el pezón, mamá o papá lo sientan y le dan palmaditas en la espalda o le masajean la barriga hasta que eructa. Si aún no sabes cómo hacer eructar a un bebé, puedes preguntarte: La teoría es que los bebés tragan aire durante las tomas y el aire que tienen en la barriga les incomoda y les produce gases, de ahí el ritual de los eructos», explica la asesora de lactancia y enfermera Jan Barger.

Sin embargo, señala que en las culturas en las que los bebés son llevados en posición vertical en envoltorios o fulares o en brazos de un adulto la mayor parte del tiempo, eructar a un bebé es algo inaudito. Barger añade que puede resultar molesto para el bebé, que acaba de dormirse en el pecho, el hecho de que se le siente bruscamente y se le acaricie durante varios minutos hasta que finalmente suelte un eructo. «Además, hace que todo el proceso de alimentación se alargue mucho más de lo necesario», afirma. En su lugar, Barger sugiere a los padres que mantengan al bebé en posición vertical contra un hombro o en un portabebés y que, si hay que hacer un eructo, éste se produzca de forma natural.

Por otro lado, hay situaciones en las que eructar podría no ser tan mala idea.

Cuándo hacer eructar a un bebé
– Si el bebé llevaba un rato llorando antes de que empezaras a darle de comer, puede que haya tragado aire mientras lloraba y necesite ayuda para sacarlo. Puede resultarte útil hacer eructar al bebé antes de darle de comer.

– Si estás alimentando a tu bebé con un biberón, es menos probable que pueda hacer un buen sellado alrededor de la tetina, por lo que tragará más aire mientras se alimenta. Además, «como la mayoría de los biberones tienen un flujo muy rápido, el bebé suele acabar engullendo el líquido y tragando aire con él», dice Barger.

– Ese flujo tan rápido también es un problema para algunas madres que dan el pecho. Según Barger: «Si la madre tiene una bajada de leche hiperactiva o un suministro de leche sobreabundante y su bebé engulle leche muy rápidamente, ese bebé puede estar tragando mucho aire y necesitar ayuda para eructar.» (Una asesora de lactancia o una líder de la Liga de la Leche pueden ayudar con consejos sobre cómo reducir el flujo de leche demasiado rápido.)

Si una de estas situaciones se aplica a usted, o su bebé parece estar incómodo después de alimentarse y sospecha que un eructo podría ayudar, ¿cuál es el mejor enfoque? Cada bebé es diferente, pero la clave es tener al bebé en posición vertical y ejercer un poco de presión sobre su barriga.

Posiciones para eructar
– Prueba a poner al bebé en lo alto de tu hombro, de modo que tu hombro presione justo debajo de su pequeña caja torácica, y luego acaricia suavemente su espalda. (Ah, sí, coloca primero una manta de recepción o una almohadilla para eructar sobre tu hombro. Confía en mí)

– ¿Le das el pecho tumbada? No hace falta que te levantes. Mientras estás tumbada de lado, coloca al bebé sobre tu cadera, mirando hacia tu espalda (lo que ejerce un poco de presión sobre su barriga) y dale unas suaves palmaditas en la espalda.

– Con un bebé pequeño, la técnica del «pliegue» a veces funciona. Sostenga al bebé en posición sentada, luego inclínelo suavemente hacia adelante, con el pecho hacia las rodillas («doblando» al bebé por la mitad) y luego vuelva a enderezarlo. Repite la operación un par de veces más. (Acostar al bebé sobre su espalda y doblar sus rodillas hacia el pecho puede ayudar a veces con los gases en «el otro extremo», pero es menos eficaz para hacer surgir los eructos; como el aire tiende a subir, una posición vertical es más útil y lleva a escupir menos.)

Si no oyes un eructo satisfactorio después de uno o dos minutos, lo más probable es que no haya ningún eructo que hacer. Sin embargo, si tu bebé empieza a hacer muecas o a contonearse como si estuviera incómodo cuando lo acuestas, vale la pena que lo intentes de nuevo. Es el único momento de su vida en el que un fuerte eructo obtendrá la respuesta: «¡Oh, buen chico! Esa fue una buena!»

Este artículo fue publicado originalmente en 2008.

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