¿Cómo funciona la anestesia?
On noviembre 6, 2021 by adminSi alguna vez se ha sometido a una operación, a no ser que sea muy duro, habrá pasado por ella con el beneficio de los anestésicos. Pero, ¿cómo funcionan estos elixires que adormecen el cuerpo?
Antes de la invención de la anestesia, a mediados del siglo XIX, los cirujanos tenían que cortar miembros, coser heridas y extirpar misteriosos crecimientos sin otra cosa que el opio o el alcohol para calmar el dolor del paciente. Aunque estas drogas podían adormecer al paciente, no siempre bloqueaban por completo el dolor ni borraban su recuerdo.
Desde entonces, los médicos han mejorado mucho a la hora de dormir con combinaciones de fármacos que alivian el dolor, relajan los músculos y, en algunos casos, nos ponen en un profundo estado de hipnosis que nos proporciona amnesia temporal. En la actualidad, existen dos tipos principales de fármacos anestésicos: los que noquean a todo el cuerpo (generales) y los que sólo adormecen las cosas localmente.
Los anestésicos locales bloquean los nervios que conectan una parte del cuerpo o una región concreta con el cerebro, impidiendo que los nervios lleven las señales de dolor al cerebro. Algunos ejemplos son las inyecciones de novocaína, que los dentistas utilizan para adormecer los nervios de la boca durante una endodoncia, y las epidurales, que permiten un parto (relativamente) indoloro al bloquear los nervios que se originan en la base de la médula espinal y sirven a la región pélvica.
Para las cirugías graves que requieren que el paciente esté completamente inconsciente, los médicos recurren a la anestesia general. Esto hace que los pacientes estén inconscientes sin percibir o recordar la cirugía (aunque el dolor del procedimiento quirúrgico será evidente una vez que se despierte). También limita las respuestas fisiológicas a los cortes quirúrgicos, manteniendo constantes la presión sanguínea, la liberación de hormonas del estrés y el ritmo cardíaco durante el procedimiento.
Los primeros ejemplos de anestesia general incluyen el éter y el cloroformo. Pero existe una delgada línea entre la cantidad de estos fármacos necesaria para la cirugía y la cantidad que puede ser mortal; estos fármacos se administraban a menudo con nada más que una esponja empapada en la nariz, lo que dificultaba el control de la dosis.
Hoy en día, los anestésicos generales modernos más comunes son mezclas de gases inhalables, que incluyen el óxido nitroso (gas de la risa) y varios derivados del éter, como el isoflurano, el sevoflurano y el desflurano. Los anestesistas expertos administran los fármacos a través de máquinas que miden la cantidad específica necesaria para mantener al paciente dormido durante la intervención, pero no para siempre. Además, como los fármacos interfieren en la respiración, a menudo se intuba a los pacientes -lo que significa que se inserta un tubo de plástico o de goma en la tráquea para mantener abiertas las vías respiratorias- y se les mantiene conectados a un ventilador mecánico.
A pesar de su necesidad en la medicina moderna, los científicos no están seguros de cómo funcionan exactamente los anestésicos. La mejor teoría sugiere que disuelven parte de la grasa presente en las células cerebrales, cambiando la actividad de las mismas. Pero, los mecanismos precisos siguen siendo desconocidos. Por ahora, la próxima vez que te encuentres bajo el bisturí, alégrate de que lo hagan.
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