Cómo aplicar la eutanasia a un perro o a un gato: NO INTENTE HACERLO EN CASA

Dos veces en otras tantas semanas me han preguntado si autorizaría la eutanasia en casa de una mascota… con un alijo casero de drogas controladas.

Ambos individuos que preguntan pertenecen a la profesión médica humana. Es por eso que supongo que su consulta surgió de (1) una expectativa de que una opción de visita a domicilio no estaba disponible; y (2) una comprensión de que estas cosas se pueden hacer en casa por alguien que sabe lo que están haciendo.

Aunque equivocado en el número uno (varios veterinarios en mi área se ponen a disposición de eutanasias en casa, incluido yo mismo), estarían en lo correcto en el número dos – haciendo referencia al número uno. Algunas cosas es mejor dejarlas en manos de los profesionales de la salud que lo hacen habitualmente.

Aunque sí es posible despedir a tu mascota de este mundo con una sobredosis de barbitúricos orales u oxicodona caducada recetada para tu última cirugía, no me pillarás recomendándolo si alguien me pregunta cómo aplicar la eutanasia a un perro o un gato en casa -incluso a mis buenos amigos (de hecho, uno de los que preguntaban por esta posibilidad era un médico humano y un amigo).

Y no es sólo el ángulo legal aquí lo que me hace ser un detractor cuando se trata de eutanasias caseras de bricolaje – ni el asunto del dinero (en caso de que me consideres lo suficientemente mercenario como para proteger mi profesión y su precioso flujo de ingresos por eutanasia). Lo que me pone nervioso son las posibilidades…

Imagina lo que pasaría si las cosas no salieran bien.

Supongamos que tu gato se niega a tomar más de seis de las pastillas y que de alguna manera has calculado que veinte serían una dosis suficiente. Digamos que entonces le cuesta respirar y no puedes por tu vida meterle más ahora que está tan estresado. Ese es un escenario de pesadilla.

O qué tal la perra que vomita su carga de (¿cuántas?) pastillas mientras estás sentado esperando para despedirte. ¿Qué haces entonces?

La posibilidad de que algo salga terriblemente mal es demasiado grande -aunque sea un riesgo menor- como para arriesgarse. No cuando hay otras opciones disponibles. Quiero decir, no vivimos en la selva boliviana. Esto es Estados Unidos, donde se puede tener cualquier cosa de manera segura, indolora y conveniente cuando se trata de la eutanasia de mascotas.

No sólo eso, sino que es como la comida rápida en mi casa cuando se trata de la eutanasia. «Hazlo a tu manera» es mi lema. Lo haré en un parque en la oscuridad, en un tren bajo la lluvia…

Ya te haces una idea. Personalizaré toda la experiencia a tu gusto, como sé que harán otros veterinarios. ¿Quieres sedar a tu mascota antes de que llegue? Hágamelo saber, le facilitaré la tarea. Me sentaré en el Starbucks tomando café mientras hace efecto. ¿Quieres estar en tu parque favorito? Me reuniré contigo allí.

Cuando te preguntes cómo aplicar la eutanasia a un perro o un gato en casa, entiende que no hay necesidad de tomar estos asuntos en tus propias manos (como oímos que hacen los humanos cuando se enfrentan a problemas de fin de vida que ningún proveedor de atención médica sanciona). Hable con su veterinario para ver si está dispuesto a trabajar con usted y sus necesidades.

Aunque entiendo el deseo de controlar la muerte de una mascota personalmente, está plagado de demasiados escollos que los propietarios nunca considerarían. Algunas cosas, inevitablemente, es mejor dejarlas en manos de los profesionales.