Braquicéfalos, dolicocéfalos y mesocéfalos: ¿es adecuado describir la cara mediante patrones craneales?
On enero 7, 2022 by adminARTÍCULO ESPECIAL
Braquicéfalo, dolicocéfalo y mesocéfalo: ¿es apropiado describir la cara utilizando patrones craneales?
Fernanda Catharino Menezes FrancoI; Telma Martins de AraujoII; Carlos Jorge VogelIII; Cátia Cardoso Abdo QuintãoIV
Profesora de Ortodoncia, Escuela Bahiana de Medicina y Salud Pública (EBMSP). Profesora del Programa de Especialización en Ortodoncia de la Universidad Federal de Bahía (UFBA). Diplomado por el Consejo Brasileño de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (BBO). Maestría en Ortodoncia, Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Doctorando en Ortodoncia, Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ)
Profesor de Ortodoncia de la UFBA. Coordinadora del Centro de Ortodoncia Prof. José Édimo Soares Martins, UFBA. Ex presidenta del Consejo Brasileño de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial
IIEx presidenta del Consejo Brasileño de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial
IVDoctorado y MSc en Ortodoncia, UFRJ. Profesor Asociado de Ortodoncia, UERJ
Correspondencia
ABSTRACT
El uso de una terminología estandarizada en las ciencias médicas es esencial tanto para la práctica clínica como para la investigación científica. Además de facilitar la comunicación entre profesionales, aumenta la fiabilidad de las comparaciones realizadas entre estudios de diferentes áreas, contribuyendo así a un mayor nivel de evidencia científica. En la literatura se pueden encontrar ejemplos de intentos realizados para estandarizar la terminología en otras áreas dedicadas al estudio de la morfología craneofacial. Por otro lado, se puede encontrar en la literatura ortodóntica una variedad de términos que hacen aún más problemático el consenso y la comunicación entre ortodoncistas y otros investigadores. Como ejemplo, se puede citar el uso de los términos braquifacial, mesofacial y dolicofacial, que forman parte de una terminología de índice craneal utilizada para describir los tipos faciales. Así pues, una reflexión sobre el origen y las diferencias de los términos utilizados para describir el fenotipo facial humano puede allanar el camino hacia un consenso sobre el significado que mejor representa los patrones craneofaciales.
Palabras clave: Cara. Terminología. Clasificación.
RESUMEN
La denominación de la nomenclatura utilizada en las ciencias médicas es fundamental tanto para la práctica clínica como para la investigación científica. Además de facilitar la comunicación entre los profesionales, aumenta la fiabilidad de la comparación entre trabajos de diferentes áreas, favoreciendo un mejor nivel de evidencia científica. En la literatura médica pueden encontrarse ejemplos de esfuerzos, en áreas también volcadas al estudio de la morfología craneofacial, en el sentido de uniformizar la terminología. Por otro lado, la literatura ortodóntica muestra una diversidad de términos que dificulta el consenso y la comunicación entre ortodoncistas y otros investigadores. Como ejemplo, podemos citar el uso de los términos braquifacial, mesofacial y dolicofacial, terminología del índice craneal utilizada para describir el tipo de rostro. Así, la reflexión sobre el origen y las diferencias de los términos utilizados para describir el fenotipo facial humano puede ser útil para llegar a un consenso sobre el significado que mejor representa el patrón craneofacial.
Palabras clave: La cara. Terminología. Clasificación.
INTRODUCCIÓN
La evaluación del tipo facial es en muchos aspectos crucial para la planificación y el pronóstico del tratamiento de ortodoncia. La morfología facial está relacionada con factores como el volumen y la forma del espacio aéreo faríngeo,1 la anatomía de los músculos masticatorios,2,3 la anatomía dentoalveolar4 y el tipo de oclusión.5,6 Además, el patrón facial indica la dirección del crecimiento del complejo craneofacial7,8 y debe tenerse en cuenta a la hora de seleccionar la biomecánica ortodóncica.9
La terminología utilizada para describir el complejo craneofacial procede de la antropometría clásica, que emplea medidas tomadas en individuos vivos y cráneos humanos, así como índices que representan las proporciones faciales.10,12 El más común de ellos es el índice craneal (que clasifica los tipos de cráneo en braquicéfalos, mesocéfalos y dolicocéfalos), y el índice facial (que clasifica la cara en euriprópica, mesoprópica y leptoprópica).11,13 A pesar de la necesidad de estandarizar la terminología, en ortodoncia todavía se observa una amplia gama de términos para describir los distintos tipos faciales.14 La estandarización de estos términos en los diferentes campos del conocimiento es esencial para facilitar la comunicación entre los investigadores y permitir comparaciones fiables entre los diferentes estudios.15 En vista de estas cuestiones, este artículo tiene como objetivo aclarar el concepto, el origen y las diferencias entre los términos que describen el fenotipo facial humano.
INDICES FACIALES Y CEFÁLICOS
La primera clasificación basada en la morfología craneal se atribuye al profesor de anatomía Anders Retzius (1840). Retzius describió como gentes dolichocephalae a aquellos individuos que tenían una forma craneal alargada, y gentes brachycephalae a aquellos cuyos cráneos eran cortos. Sin embargo, no asignó ningún valor numérico para establecer los límites entre los tipos individuales de ambos grupos y tampoco utilizó el término intermedio mesocephalae, que se introdujo posteriormente.14 Las medidas utilizadas por Retzius -cuando se aplican a individuos vivos- se conocen como índice cefálico, y cuando se refieren a cráneos secos, índice craneal.12,13 Estos índices se calculan determinando la relación entre la anchura máxima y la longitud máxima de la cabeza (Fig. 1).12,13 El concepto se mejoró posteriormente con la definición de valores intermedios,14 que proporcionan un sistema de clasificación y reflejan con mayor precisión la diversidad encontrada en la morfología facial humana (Tabla 1).16 Tanto los índices cefálicos como los craneales son, por tanto, medidas relacionadas con la forma del cráneo. El índice utilizado en antropometría para describir las proporciones de la cara es el índice facial, producto de la altura morfológica facial, medida desde los puntos de referencia anatómicos Nasion (N) a Gnathion (Gn), dividida por la anchura bizigomática, medida desde el Zygion derecho al izquierdo (Zyr-Zyl) (Fig. 2).11,13 Semánticamente, los términos utilizados en el índice facial derivan del griego, donde la palabra para cara es prosopon.14 Según este sistema de clasificación, se asignan valores numéricos que establecen las categorías euriprópica, mesoprópica y leptoprópica (Tabla 2).11,13
Morfología facial en antropología física
La descripción del cuerpo humano ha sido una de las principales preocupaciones desde la antigüedad. En la antigua Grecia se utilizaron cánones basados en reglas de proporción para describir la figura humana ideal. Estos cánones volvieron a ser empleados por artistas del Renacimiento como Leonardo da Vinci y Alberto Durero.17,18 Muchos de estos principios neoclásicos se utilizan hoy en día en las artes y en la medicina.17,18,19 La antropología física, o antropometría, proporciona una base científica a estos conceptos con vistas a evaluar las dimensiones y proporciones del cuerpo humano.17
Sólo cuando se adoptaron los métodos antropométricos en la práctica clínica para cuantificar los cambios en la estructura craneofacial, surgió una amplia diversidad de fenotipos humanos y rasgos específicos que diferencian a los individuos y grupos étnicos.16,20 En diferentes áreas de la atención clínica, los datos antropométricos estandarizados se han vuelto indispensables para una evaluación precisa del grado de desviación de la normalidad.15,16 Se pueden encontrar ejemplos en la cirugía plástica, durante el tratamiento de deformidades congénitas o postraumáticas16,17,21, o en la medicina legal o forense a la hora de identificar a los individuos,22 o en la genética médica para el diagnóstico de dismorfismos o anomalías craneofaciales.15
La comunidad científica internacional ha intentado construir una base de datos completa que cubra diferentes poblaciones. Se puede citar a un grupo internacional de científicos dirigido por Leslie Farkas,16 que recopiló mediciones de la cara de 1.470 sujetos sanos de entre 18 y 30 años, abarcando los continentes europeo, asiático y africano, así como Oriente Medio. El propio Farkas, cirujano plástico residente en Canadá,23 ha dedicado gran parte de su carrera a recopilar datos antropométricos faciales para establecer los estándares de los individuos caucásicos de Estados Unidos.16,23 Cabe destacar que, en la actualidad, el advenimiento de la globalización y la aparición de sociedades multiculturales han reforzado la importancia de diferenciar las características étnicas en la selección de las muestras en los estudios científicos.17 Otra preocupación digna de mención, especialmente en el ámbito de la genética médica, se refiere a la estandarización de la terminología utilizada para describir los dismorfismos o anomalías craneofaciales. En este sentido, los objetivos son estandarizar la terminología y establecer un consenso respecto a las definiciones y desviaciones de un estándar de normalidad.15
En el ámbito médico, la mayoría de los estudios hacen uso de una nomenclatura para describir los patrones faciales de acuerdo con la antropometría.15,17 El término braquicefalia, por ejemplo, describe a los individuos con un índice cefálico superior al 81% y el cráneo acortado en su dimensión anteroposterior. La dolicocefalia, en cambio, consiste en anomalías con un índice cefálico inferior al 71% y una bóveda craneal alargada.15
MOFOLOGÍA FACIAL EN ORTODONCIA
En ortodoncia, la valoración de la morfología facial difiere de otras áreas médicas, especialmente por tomar como referencia el perfil facial o vista lateral, en lugar de la vista frontal de la cara. Por lo tanto, la anchura de la cara no se considera en la mayoría de los sistemas de clasificación.14 Esta tendencia puede entenderse a la luz de la importancia de la cefalometría radiográfica en la ortodoncia moderna, con el predominio de los análisis basados en radiografías cefalométricas laterales.7 Algunas de las terminologías utilizadas para describir el patrón facial son: Dolicofacial, mesofacial o braquifacial;24 hiperdivergente, neutro o hipodivergente;6 largo, medio o corto;7 y mordida abierta esquelética o mordida profunda esquelética.20 Hay que tener en cuenta que los términos braquifacial, dolicocéfalo y mesofacial, comúnmente utilizados por los ortodoncistas, fueron introducidos en la literatura ortodóntica en un artículo de Ricketts en 1960.14,24 Algunos libros de texto de ortodoncia describen la cara recurriendo a términos como braquicéfalo, dolicocéfalo y mesocéfalo, y asocian tipos específicos de morfología facial con formas específicas de arcada dental. Esta asociación debe evitarse, ya que la relación directa entre la forma de la cara, la forma del cráneo y la forma de la arcada no se da en todos los individuos (Fig. 3).25,26 Los términos euriprópico, mesoprópico y leptoprópico aparecen en la literatura ortodóntica europea y son coherentes con otras áreas que también abordan la morfología facial, como la antropología, la cirugía plástica y la genética.14 Una cuestión importante a tener en cuenta es que en los estudios que evalúan los dismorfismos craneofaciales se utilizan los términos braquicefalia y dolicocéfalo para describir las deformaciones de la bóveda craneal.15
Los efectos del crecimiento
Cualquier reflexión sobre el significado y la validez de los diferentes sistemas de clasificación de la morfología facial debe tener en cuenta los cambios que se producen en el crecimiento facial.14 Un factor especialmente significativo se refiere a la evaluación de la influencia que ejerce la forma de la cabeza en la forma de la cara, ya que la base del cráneo se considera una estructura primordialmente estable, a partir de la cual la cara se desarrolla en dirección inferior y anterior.8
Algunos estudios realizados por Enlow et al,8,27,28 se basan en la premisa de que la morfología de la cara puede ser determinada por la base craneal, que actúa como un molde o «plantilla». Según estos estudios, los individuos con una forma de cabeza dolicocéfala tienen un cerebro largo en sentido anteroposterior y estrecho en sentido transversal, lo que da lugar a una base craneal más larga y plana, es decir, el ángulo formado por el suelo del cráneo es más amplio. Como resultado, todo el complejo nasomaxilar asume una posición más baja y protuberante, induciendo una rotación inferior y posterior de la mandíbula. Así, una cabeza dolicocéfala favorecería el desarrollo de una morfología predominantemente alargada de la cara, con tendencia a una mandíbula retrognática y una relación molar de Clase II compatible con un tipo facial leptoprosopico. El mismo razonamiento puede aplicarse a los pacientes con una forma de cabeza braquicéfala. Sus cerebros serían más anchos y redondeados, con una base craneal más corta y angular, lo que provocaría una relativa retracción del complejo nasomaxilar y una rotación anterior de la mandíbula. Por lo tanto, estos individuos mostrarían rasgos más cercanos a un patrón facial euriprosópico.8
La influencia de la morfología craneal en el tipo facial aún no se conoce del todo y son pocos los estudios que evalúan directamente el impacto de estas variables. Bhat y Enlow27 investigaron la relación entre los tipos faciales y la forma de la cabeza en individuos con maloclusiones de Clase I y Clase II que no habían sido tratados con ortodoncia. Observaron que el tipo facial leptoprosopico y la tendencia a desarrollar una Clase II son característicos de los cráneos mesocefálicos y dolicocéfalos; mientras que la tendencia a desarrollar una mandíbula protuberante está relacionada con los cráneos braquicéfalos. Los resultados de otras investigaciones28,29 también dan pie a inferir una relación positiva entre la morfología del cráneo y la de la cara. Sin embargo, no hay consenso en cuanto a esta asociación, dado que los estudios25,26 que utilizan diferentes metodologías no han llegado a las mismas conclusiones. En un estudio para investigar la morfología craneofacial de individuos bruxistas y no bruxistas, Menapace et al26 no encontraron ninguna relación entre la forma de la cabeza y la morfología craneofacial. En esta muestra, se encontró una asociación frecuente entre la forma de la cabeza dolicocéfala y el tipo facial euriprópico.
Consideraciones finales
La creciente presencia de la ortodoncia en el contexto de la investigación científica hace necesario adoptar un lenguaje coherente con otros campos biológicos.
La estandarización de la terminología es esencial para facilitar la comunicación entre los profesionales, permitiendo realizar comparaciones entre diferentes estudios y permitiendo obtener resultados cada vez más basados en la evidencia.
Sin embargo, es un hecho que actualmente se sigue empleando una nomenclatura no homogénea en ortodoncia para describir los patrones faciales, una terminología que a menudo difiere de la utilizada en otros campos médicos. Esto se debe en gran medida a la fuerte influencia ejercida por la cefalometría como método para estudiar el crecimiento craneofacial, sobre todo a partir de los estudios que destacan el papel de la morfología del cráneo en la determinación de la forma de la cara. Investigar la influencia de la forma del cráneo en la forma de la cara puede proporcionar un punto de referencia para validar la nomenclatura utilizada en ortodoncia. Si la afirmación de que el tipo de cráneo determina el tipo de cara es cierta, entonces no estaría mal utilizar términos derivados del índice cefálico, como «braquifacial», «mesofacial» y «dolicofacial», para describir la cara. Por otro lado, en el caso de que no sea posible determinar esta correlación, no estaría justificado el uso de esta nomenclatura, además de dificultar la comunicación con otras especialidades médicas, y deberían incorporarse a la terminología ortodóncica los términos «euriprosópico», «mesoprosópico» y «leptoprosópico». Estas cuestiones apuntan a la necesidad de seguir investigando sobre este tema.
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Correspondencia:
Fernanda Catharino Menezes Franco
Av. Araújo Pinho, 62/ 7º andar
Facultad de Odontología de la UFBA – Brasil
CEP: 40.110-150 – Canela, Salvador/BA
E-mail: [email protected]
Enviado: 29 de julio de 2011
Revisado y aceptado: 20 de diciembre de 2011
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