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On diciembre 15, 2021 by adminEl agua es esencial para la vida. El cuerpo humano está compuesto por más del 60 por ciento de agua, y casi el 75 por ciento del cerebro está compuesto por H20. Sin ella, los seres humanos no pueden sobrevivir más que unos pocos días.
¿Pero es posible beber demasiada agua?
En resumen, sí. Beber demasiada agua es posible, y aunque es poco frecuente, puede ser potencialmente mortal. Sin embargo, para desarrollar una intoxicación por agua -o hiponatremia, como se conoce médicamente- tendría que consumir una cantidad excesiva de agua en poco tiempo. Pero la condición es más complicada que el consumo excesivo de agua.
¿Qué es la hiponatremia?
En los términos más simples, la hiponatremia, o intoxicación por agua, es un desequilibrio de electrolitos. Normalmente, los seres humanos tienen entre 135 y 145 mEq/L de sodio en el torrente sanguíneo. El sodio en la sangre es extremadamente importante, y cuando la sangre se diluye con un exceso de agua, el sodio desciende peligrosamente.
Esto es lo que ocurre: Beber una cantidad excesiva de agua abruma a los riñones, que son incapaces de procesar los líquidos adicionales con la suficiente rapidez. En consecuencia, se acumula un exceso de agua en el torrente sanguíneo. Este exceso de agua no tiene adónde ir, así que sale de la sangre y se traslada a las células. El resultado es la hinchazón de las células, que es extremadamente peligrosa en el cerebro.
Causas comunes de la intoxicación por agua
El consumo excesivo de agua es una de las causas, aunque la hiponatremia causada sólo por el consumo excesivo es bastante infrecuente. Por ejemplo, en 2008, una mujer de California sucumbió a una intoxicación por agua tras participar en un concurso de consumo de agua patrocinado por una emisora de radio. Consumió unos 6 litros de agua en un periodo de tres horas.
Sin embargo, lo más habitual es que la hiponatremia esté causada por el agotamiento normal de líquidos y electrolitos del organismo, junto con la excreción de vasopresina, una hormona antidiurética que se libera durante el ejercicio físico. Por esta razón, el riesgo de hiponatremia es mayor para los corredores de maratón y los triatletas.
Aquí está el porqué: El estrés físico de un maratón hace que se libere vasopresina, lo que indica al cuerpo que retenga agua. Al mismo tiempo, se pierden electrolitos a través del sudor. Entonces, cuando un atleta bebe una gran cantidad de agua durante o después de una competición, es más probable que desarrolle una ganancia neta de agua. Así, el equilibrio de electrolitos y agua en el torrente sanguíneo se desajusta. De hecho, un estudio realizado en 2002 sobre los corredores del Maratón de Boston, descubrió que el 13% sufría hiponatremia, y otros estudios han descubierto que hasta un tercio de los atletas de resistencia pueden sufrir hiponatremia.
En casos graves, la hiponatremia puede poner en peligro la vida. En el estudio del maratón de Boston, por ejemplo, sólo 6 atletas sufrieron hiponatremia crítica.
Al margen de los deportes de resistencia y del consumo excesivo, el desequilibrio electrolítico puede estar causado por factores de riesgo comunes para la deshidratación, como los vómitos, la diarrea, la sudoración excesiva, las enfermedades renales y cardíacas y algunos medicamentos. En estos casos, la hiponatremia puede producirse cuando se reponen los líquidos más rápidamente que los electrolitos. El mejor método para prevenir la hiponatremia en estos casos es beber hasta la sed, o beber aproximadamente la misma cantidad de líquidos que se pierden a través del sudor.
DripDrop es un producto de hidratación médica que contiene una proporción equilibrada de electrolitos. Está formulado para adaptarse mejor a los líquidos que se pierden por el sudor, la diarrea o los vómitos. Fuentes:
- «Strange but True: Drinking Too Much Water Can Kill You» (Extraño pero cierto: beber demasiada agua puede matarte) por Coco Ballantyne vía Scientific American
- Rosner, M. H., & Kirven, J. (2007). Hiponatremia asociada al ejercicio. Clinical Journal of the American Society of Nephrology, 2(1), 151-161.
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