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On septiembre 25, 2021 by adminFormación de las plaquetas
Las plaquetas son fragmentos celulares con membrana derivados de los megacariocitos, que se producen durante la trombopoyesis.
Objetivos de aprendizaje
Describir el proceso de formación de las plaquetas
Puntos clave
Puntos clave
- Los megacariocitos se producen a partir de células madre en la médula ósea mediante un proceso denominado trombopoyesis.
- Los megacariocitos crean plaquetas liberando protoplaquetas que se rompen en numerosas plaquetas más pequeñas y funcionales.
- La trombopoyesis es estimulada y regulada por la hormona trombopoyetina.
- Las plaquetas tienen una vida media de cinco a diez días.
- Las plaquetas viejas se destruyen por fagocitosis. El bazo contiene una reserva de plaquetas adicionales.
- Un número anormal de plaquetas es el resultado de problemas en la trombopoyesis. Esto se asocia con diversos trastornos y posibles complicaciones patológicas.
Términos clave
- Megacariocito: Célula de gran tamaño que se encuentra en la médula ósea y que es responsable de la producción de plaquetas.
- Trombopoteína: Hormona producida por el hígado o los riñones que estimula la diferenciación de los megacariocitos y la liberación de plaquetas.
- Médula ósea: El tejido vascular graso que rellena las cavidades de los huesos; el lugar donde se producen nuevas células sanguíneas.
Las plaquetas son fragmentos celulares pequeños, claros y de forma irregular producidos por células precursoras más grandes llamadas megacariocitos. Las plaquetas también se denominan trombocitos porque participan en el proceso de coagulación de la sangre, que es necesario para la curación de las heridas. Las plaquetas se producen continuamente como un producto componente de la hematopoyesis (formación de células sanguíneas).
Trombopoyesis
Las plaquetas se producen durante la hematopoyesis en un subproceso llamado tromopoyesis, o producción de trombocitos. La trombopoyesis se produce a partir de células progenitoras mieloides comunes en la médula ósea, que se diferencian en promegacariocitos y luego en megacariocitos. Los megacariocitos permanecen en la médula ósea y se cree que producen protoplaquetas dentro de su citoplasma, que se liberan en extensiones citoplasmáticas ante el estímulo de las citocinas. A continuación, las protoplaquetas se rompen en cientos de plaquetas que circulan por el torrente sanguíneo, mientras que el núcleo restante del megacariocito roto es consumido por los macrófagos.
La producción de megacariocitos y plaquetas está regulada por la trombopoyetina, una hormona producida por el hígado y los riñones. La trombopoyetina estimula la diferenciación de las células progenitoras mieloides en megacariocitos y provoca la liberación de plaquetas. La trombopoyetina está regulada por un mecanismo de retroalimentación negativa basado en los niveles de plaquetas en el organismo, de modo que los niveles altos de plaquetas dan lugar a niveles más bajos de trombopoyetina, mientras que los niveles bajos de plaquetas dan lugar a niveles más altos de
trombopoyetina.
Cada megacariocito produce entre 5.000 y 10.000 plaquetas antes de que sus componentes celulares se agoten por completo. En total, se producen alrededor de 10^11 plaquetas al día en un adulto sano. La vida media de una plaqueta es de sólo 5 a 10 días. Las plaquetas viejas son destruidas por la fagocitosis de los macrófagos en el bazo y por las células de Kupffer en el hígado. Hasta el 40% de las plaquetas se almacenan en el bazo como reserva, y se liberan cuando se necesitan por las contracciones del músculo esplénico inducidas por la simpatía durante una lesión grave.
Hematopoyesis: Las células progenitoras mieloides se diferencian en promegacariocitos, y megacariocitos, que liberan plaquetas.
Implicaciones de la formación de plaquetas
La trombopoyesis equilibrada es importante porque influye directamente en la cantidad de plaquetas en el organismo y en sus complicaciones asociadas. Si el número de plaquetas es demasiado bajo, puede producirse una hemorragia excesiva, incluso por lesiones menores o superficiales. Si el número de plaquetas es demasiado elevado, pueden formarse coágulos de sangre (trombosis) y desplazarse por el torrente sanguíneo, lo que puede obstruir los vasos sanguíneos y provocar eventos isquémicos. Entre ellos se encuentran el ictus, el infarto de miocardio, la embolia pulmonar o el infarto de otros tejidos.
Una anomalía o enfermedad de las plaquetas se denomina trombocitopatía, que puede ser un número bajo de plaquetas (trombocitopenia), una disminución de la función de las plaquetas (trombastenia) o un aumento del número de plaquetas (trombocitosis). En cualquier caso, los problemas con el número de plaquetas circulantes suelen deberse a problemas en la regulación de la retroalimentación de la trombopoyetina, pero también pueden estar asociados a características genéticas y a ciertos medicamentos y enfermedades. Por ejemplo, la trombocitopenia suele producirse en los pacientes con leucemia. Las células mieloides cancerosas desplazan a las sanas en la médula ósea, provocando un deterioro de la trombopoyesis.
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