Activaciones de las neuronas espejo en la codificación del dolor psíquico en el trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad (TLP) se caracteriza por una pronunciada inestabilidad emocional en las relaciones interpersonales. Estudios anteriores han mostrado una mayor actividad en la amígdala, un fenotipo de imagen del afecto negativo. Sin embargo, los relatos clínicos del TLP han llamado la atención sobre los déficits en la cognición social y su probable papel en la generación de la inestabilidad emocional. Los pacientes con TLP muestran una mayor sensibilidad a las emociones de otras personas, mientras que son menos competentes en la lectura de motivos y razones. En el presente estudio de imagen funcional, expusimos a los participantes con TLP a escenas estilizadas de individuos afectados por la pérdida o la separación, un tema al que estos pacientes son especialmente sensibles. Se ha demostrado previamente que activan el sistema de neuronas espejo, por lo que estas escenas de duelo también se utilizaron aquí para evaluar la actividad diferencial de la amígdala en estímulos de valencia negativa, pero de baja excitación. En relación con los controles, se encontró que los pacientes con TLP activaban áreas sensoriomotoras, una parte del sistema de neuronas espejo que se cree que codifica aspectos básicos de la percepción de la actividad motora y el dolor. Esto contrasta con la actividad de áreas relacionadas con aspectos más complejos de la cognición social, como la circunvolución frontal inferior. La amígdala estaba más activa en los pacientes cuando veían estas escenas, pero este efecto también mostraba una fuerte asociación con los niveles de depresividad y neuroticismo. Tras ajustar estas covariables, las diferencias en la activación de la amígdala dejaron de ser significativas. Estos resultados son consistentes con los modelos de cognición social en el TLP que atribuyen la sensibilidad emocional al contagio emocional a través del sistema de neuronas espejo, en contraste con las áreas asociadas con formas más sofisticadas de cognición social. Estos efectos iban acompañados de un aumento de la reactividad de la amígdala, en consonancia con la aparición habitual de síntomas afectivos en estos pacientes.