Acabo de ver una película en la que el protagonista, un agente secreto británico, revive después de 30 años en el hielo. ¿Están los científicos trabajando realmente en estas cosas?

Acabo de ver una película en la que el protagonista, un agente secreto británico ha sido «congelado». En la película, es revivido después de 30 años en el hielo. Mi amigo dice que los científicos están realmente trabajando en estas cosas. ¿Qué pasa con eso?

La ciencia detrás de la idea existe. Se llama criogenia, el estudio de lo que ocurre con los materiales a temperaturas realmente bajas. La criogenia -la técnica utilizada para almacenar cuerpos humanos a temperaturas extremadamente bajas con la esperanza de revivirlos algún día- se lleva a cabo hoy en día, pero la tecnología está todavía en sus inicios. La idea es que, si alguien ha «muerto» de una enfermedad incurable en la actualidad, puede ser «congelado» y revivido en el futuro cuando se descubra una cura. Una persona conservada de esta manera se dice que está en suspensión criónica.

Para entender la tecnología que hay detrás de la criónica, piense en las noticias que ha escuchado de personas que han caído en un lago helado y han estado sumergidas hasta una hora en el agua helada antes de ser rescatadas. Los que sobrevivieron lo hicieron porque el agua helada puso su cuerpo en una especie de animación suspendida, ralentizando su metabolismo y la función cerebral hasta el punto de no necesitar casi oxígeno.

Sin embargo, la criónica es un poco diferente a ser resucitado después de caer en un lago helado. En primer lugar, es ilegal realizar la suspensión criónica a alguien que aún está vivo. Las personas que se someten a este procedimiento deben ser declaradas legalmente muertas, es decir, su corazón debe haber dejado de latir. Pero si están muertos, ¿cómo pueden ser revividos? Según los científicos que practican la criogenia, «legalmente muerto» no es lo mismo que «totalmente muerto». La muerte total, dicen, es el punto en el que cesa toda función cerebral. La muerte legal se produce cuando el corazón ha dejado de latir, pero queda alguna función celular del cerebro. La criónica preserva la poca función celular que queda para que, teóricamente, la persona pueda ser resucitada en el futuro.

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