10 actividades aprobadas por el terapeuta (y el niño) para apoyar a los niños con ansiedad – Conceptos básicos de terapia familiar
On diciembre 27, 2021 by adminSi usted es un profesional de la salud mental que trabaja con niños, probablemente estará de acuerdo en que muchas de las llamadas que recibe de los padres tienen algo que ver con la ansiedad o el estrés. Los terapeutas infantiles tienen la asombrosa e importante tarea de educar y apoyar a los niños en un entorno terapéutico que sea a la vez productivo y divertido. Cuando se trabaja con niños de edad preescolar, puede ser una tarea muy desalentadora mantener las cosas frescas y emocionantes semana tras semana. Entonces, ¿cómo ayudamos a los niños a desarrollar las habilidades de afrontamiento que necesitan mientras los mantenemos comprometidos (y sin mirar el reloj)? Aquí hay diez actividades divertidas aprobadas por los terapeutas (¡y por los niños!) que abordan los trastornos basados en la ansiedad y promueven la relajación y la reducción del estrés en los niños:
1 | Piedras de preocupación o «recordatorio»
Esta actividad es una de las que los niños le pedirán que haga una y otra vez, y realmente les proporcionará algo de consuelo en el tiempo que pasen lejos de usted o de sus seres queridos. Compra arcilla para hornear en tu tienda local de manualidades y haz que los niños elijan hasta tres colores que les hagan sentir tranquilos o felices. Mientras hacen una bola con los colores y luego presionan suavemente la huella de su pulgar en ella, habla con el niño sobre lo que esta piedra simboliza para él; quizás incluya un recordatorio para respirar, un pensamiento positivo o un mantra favorito como «puedo superar esto». Después de hornearla durante 30 minutos a 250 grados, puede guardarla en su bolsillo y utilizarla en los momentos difíciles como recordatorio de que está a salvo y tiene el control. Los padres pueden incluso participar en esta actividad y hacer una piedra de la preocupación como objeto de transición para los niños que tienen problemas para separarse. (Nota: La mayoría de las veces, las piedras se hacen en terapia, pero se hornean en casa).
2 | Tarros de calma
Otra actividad divertida que les encanta a los niños es hacer «tarros de calma». Echa un poco de agua caliente, pegamento con purpurina y purpurina en un tarro de cristal (o incluso mejor, de plástico) y haz que tus hijos lo agiten para ver cómo la purpurina flota lentamente hasta el fondo. Es increíblemente calmante y relajante y los niños pueden utilizarlo en casa después de un momento difícil o estresante. Anímales a que respiren profundamente mientras lo ven y a que incorporen algo de mindfulness. Se pueden hacer versiones más pequeñas de los tarros de calma utilizando pequeñas botellas de plástico de aceite para bebés y se pueden guardar en el coche o en el bolso de mamá para una herramienta de relajación rápida sobre la marcha.
3 | Biblioterapia
Una gran manera de mantener a los niños comprometidos mientras se les enseña algunas habilidades de afrontamiento importantes es leer libros apropiados para su edad sobre el tema con ellos. Mi libro favorito para leer con mis hijos ansiosos fue escrito por un servidor y se llama Hay un matón en mi cerebro. A los niños les encanta que el personaje principal, Justin, se preocupe por las mismas cosas que ellos, y se les proporcionan algunas estrategias cognitivo-conductuales concretas y realistas para utilizar cuando experimenten momentos de ansiedad. Además, al final del libro hay hojas imprimibles para que los terapeutas puedan utilizarlas como herramienta para continuar la conversación sobre las sensaciones físicas que sentimos en nuestro cuerpo cuando estamos ansiosos, y el beneficio de la respiración como herramienta de afrontamiento. Los niños también pueden rellenar lo que les dice el acosador en su propio cerebro, así como lo que pueden responder para enfrentarse a él. (There’s a Bully in My Brain está disponible en Amazon y Barnes and Noble.)
4 | Pulsera de mantras positivos
Hacer pulseras de mantras positivos es una forma sencilla pero divertida de hacer que los niños hablen del pensamiento positivo y, más concretamente, de qué mantras se aplican mejor a ellos y a sus preocupaciones. Empieza por abrir un debate sobre las cosas que más les preocupan y ayúdales a idear tres o cuatro mantras que puedan repetirse a sí mismos en un momento de ansiedad, como «Estoy a salvo», «Mamá siempre volverá» o «Lo mejor de mí es suficiente». Asigna cada mantra a una cuenta de un color diferente y pídeles que las ensarten en un limpiapipas o en un cordón para llevarlo en la muñeca como recordatorio diario de que deben tener pensamientos positivos y respirar. El limpiador de pipas suave y las cuentas deslizantes también funcionan como un impresionante y discreto juguete para nuestros pequeños que buscan el tacto.
5 | Caja de preocupaciones
Muy a menudo los niños pueden sentirse como si estuvieran controlados por sus pensamientos ansiosos y se sienten impotentes para detenerlos. Sus padres informan de que su hijo no puede dejar de hablar de ciertos temas, y a menudo se sienten frustrados por no tener suficiente tiempo en su día para abordar las preocupaciones de su hijo. Una actividad estupenda para los niños que luchan contra el Trastorno de Ansiedad Generalizada es crear una «caja de preocupaciones». Esta actividad puede ser tan sencilla o tan elaborada como se desee. Los niños decoran una caja como quieran: con modge podge, purpurina, rotuladores, pegatinas, etc. Mientras elaboran su caja, los terapeutas pueden explicarles que la caja será un lugar en el que guardarán sus preocupaciones cuando no tengan tiempo de pensar en ellas. Escriben su preocupación en un papel y la colocan en la caja para abordarla más adelante. Esto da a los niños una sensación de control sobre su ansiedad, y los padres pueden reservar un momento determinado del día para hablar con los niños sobre sus miedos. Cuando ya no sientan la necesidad de abordar una determinada preocupación que esté en la caja, el papel puede romperse y tirarse a la basura, lo que constituye una actividad terapéutica en sí misma.
6 | Mariposas en la barriga
Esta actividad de la mariposa en mi barriga es una forma adorable y no amenazante de iniciar conversaciones con los niños sobre sus preocupaciones o miedos. El terapeuta dibuja y recorta de antemano mariposas de diferentes tamaños y traza la cabeza y el torso del niño en un gran trozo de etiqueta de roble. (En el caso de los niños con un historial de abusos/traumas físicos y sexuales, puede ser mejor tener un esquema de la persona trazado antes de que comience la sesión). Habla con el niño sobre las sensaciones físicas que siente en su cuerpo cuando se siente preocupado, como las mariposas en el vientre. Pídeles que escriban en las mariposas las diferentes cosas que les estresan y que utilicen los distintos tamaños para las preocupaciones grandes o pequeñas. Termine con una discusión sobre qué estrategias para calmarse pueden utilizar cuando aparezcan las «mariposas en su vientre» y escríbalas en una red de mariposas para simbolizar «atrapar las mariposas».
7 | Crear un diario
Muchos de los niños con los que trabajamos tienen dificultades para expresarse verbalmente o no tienen un padre o un ser querido en el que confíen para hablar de sus sentimientos. Es importante explicar a estos niños que no tienen que hablar de sus preocupaciones o del estrés si estos temas les incomodan, pero sí tienen que encontrar una salida diferente para expresarse. Haga que estos niños decoren un diario que sea personal para ellos utilizando pegatinas, rotuladores o incluso recortes de revistas con frases positivas, y anímelos a escribir en su diario cuando se sienten por primera vez con usted, así como durante los momentos entre sesiones..
8 | Bolas de estrés
Las bolas de estrés son un verdadero favorito de los fans, y le será difícil encontrar un niño que no disfrute con esta actividad. Llena un globo con harina, arroz, orbeez o plastilina utilizando un pequeño embudo, ata el extremo y asegúrate de envolverlo dos veces en otro globo para mayor seguridad (¡mamá y papá te lo agradecerán!). Las bolas de estrés son un gran juguete para nuestros niños nerviosos y sirven como una gran distracción cuando se trabaja con niños con tricotilomanía.
9 | Slime
El slime está de moda últimamente y una rápida búsqueda en Google producirá cientos de variaciones de recetas. Lo bueno de hacer slime es que los niños encuentran el proceso súper divertido, pero también es una herramienta terapéutica impresionante para nuestros niños que buscan los sentidos. Añade un poco de aceite de lavanda en el slime como un bono adicional para calmarlos mientras juegan. Sólo unos minutos de pasar el slime por sus dedos puede hacer que el nivel de ansiedad de un niño baje unos cuantos puntos.
10 | Póngalos todos juntos y haga una «caja de herramientas» para calmarlo.
Nuestro trabajo como terapeutas es proporcionar a los niños las herramientas que necesitan, y eventualmente llevarlos a un punto en el que puedan regular sus propias emociones en momentos difíciles. Una gran manera de apoyar y capacitar a nuestros hijos para auto calmarse es ayudarles a hacer una «caja de herramientas» para calmarse con muchos de los elementos que se han mencionado en este artículo. Es importante explicarles que lo que puede ayudarnos a calmarnos un día puede no funcionar al siguiente, y utilizar una analogía como «no cogerías un martillo para arreglar un grifo que gotea» puede ayudarles a entender por qué necesitamos muchas «herramientas» en nuestra caja de herramientas. Mantén una conversación realista con ellos sobre lo que les ayuda a calmarse cuando se sienten ansiosos, y coloca esos artículos en la caja. Además de la piedra de la preocupación, el diario, el tarro de la calma, la pulsera del mantra positivo, la bola del estrés y la baba, los niños pueden incluir burbujas para respirar, un álbum de fotos con recuerdos felices, un peluche, un chicle, un iPod para la música o libros para colorear y lápices de colores. También puede hacer una lista o un llavero con ideas de estrategias que tal vez no «encajen» en la caja, como tomar un baño o salir a pasear.
Resumen
Cualquiera que sea la actividad que elija para sus sesiones, recuerde que la parte más importante de su trabajo es crear un espacio terapéutico seguro y afectuoso construido sobre la confianza y libre de juicios. Proporcionar este entorno a los niños puede cambiarles la vida, y aunque no recuerden haber hecho una bola de estrés, ¡siempre recordarán cómo les hiciste sentir! Diviértete!
Acerca de la autora
Kristin O’Rourke es una trabajadora social clínica licenciada y autora de There’s a Bully in My Brain, con más de quince años de experiencia apoyando a niños y familias con trastornos de ansiedad y problemas de comportamiento. Es la propietaria de In-Home LCSW, PLLC, una práctica privada de grupo que proporciona servicios de asesoramiento en el hogar y en la oficina a niños y familias en Nueva York y Nueva Jersey. Encuéntrala en Facebook en In-Home LCSW, PLLC, en Instagram @inhomelcsw o en su sitio web en www.inhomelcsw.com
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